Romina Gómez y Karl Lagerfeld / Foto de Cortesía

Los devotos de la moda conocen bien a la asesora de imagen Romina Gómez Villarello, o @romiracles, que es como figura en Instagram, donde tiene más de 36 mil seguidores.
Es en esta red social que la joven tapatía de 29 años de edad compartió hace unos días unas fotos para recordar uno de los acontecimientos más maravillosos de su vida, uno que le encantaría a todo amante de The Devil Wears Prada y Emily in Paris.
¿Cuál fue el suceso en cuestión?, ¡pues que hace 10 años tuvo la oportunidad de ser asistente del diseñador Karl Lagerfeld (q.e.p.d.) por un día!
Tal aventura fue posible gracias a Perla Gómez, hermana mayor de Romina, que fue quien le contó que había un concurso a nivel mundial para elegir una persona que conviviera con el modisto alemán, célebre por su trabajo para firmas como Chanel y Fendi.
En ese entonces, Romina apenas tenía 19 años y, según confiesa, se inscribió más que nada por diversión, pues nunca pensó que podría resultar ganadora.

Romina Gómez Villarello de visita en la meca de la moda / Foto de Cortesía

La primera parte consistió en subir sus fotos a un perfil que tuvo que crear especialmente para la competencia, y a continuación había que lograr que las personas votaran por ella.
“Entonces me tienes ahí súper insistente, luchando para que la gente votara por mí”, recuerda Romina. “Fue una etapa muy divertida, y muy bonita también, porque el apoyo de la gente realmente fue extraordinario. Fue más de lo que yo hubiera pensado. O sea, había gente que eran amigos de amigos de amigos, súper intensos votando por mí”.
Esta fase duró alrededor de dos semanas y, cuando terminó, ¡Romina quedó como la finalista de México! Faltaba la última parte, que implicaba competir con los ganadores de otros países.
“Yo sé que no hay nada imposible para ti”, le rezaba Romina a Dios, “y tú puedes hacer que yo gane”.
Sus plegarias fueron escuchadas, porque poco tiempo después recibió un mensaje en su BlackBerry que le avisaba que ella había triunfado. Al principio creyó que era una broma, pero luego se emocionó muchísimo.
“Sentí demasiada gratitud hacia Dios”, confiesa Romina. “Sentí como ‘wow, o sea, realmente Dios no conoce imposibles’. Sentí que era tal cual un regalo de Él”.
Un factor que contribuyó a que Romina concluyera que todo había sido un milagro fue que las otras dos finalistas, una chica de Rusia y otra de Amsterdam, ya tenían blogs armados y profesionales, y, por lo mismo, llevaban las de ganar.
“Yo ni siquiera tenía un blog”, confiesa Romina, “entonces sí creo que fue la mano de Dios. Y también creo que mis fotos eran diferentes a las demás. O sea, siempre mis fotos tuvieron este tinte como más de fantasía, más de editorial de moda, y creo que eso fue lo que llamó la atención de Karl, que al final fue él quien decidió quién ganaba”.

Fashion statement

Romina eligió a su mamá, Alma Villarello, para que fuera su acompañante en esta aventura que consistía en volar gratis a París para conocer y trabajar con “Kaiser Karl”.
La joven comenta que la planeación fue rápida, pues ella no tuvo que encargarse de la logística del viaje, ¡nada más tenía que elegir los outfits que usaría para el gran encuentro!
“Solamente fueron dos días”, observa Romina, “entonces estaba enfocada en tener buenos looks para ese tiempo, y curiosamente muchas de las cosas que llevaba puestas no eran mías. Unas eran prestadas, porque pues me agarró como en curva comprar todas las cosas.
“Y allá estaba haciendo frío extremo porque era a inicios de febrero. Me acuerdo que me compré unos guantes largos de piel hermosos, que todavía tengo, pero el abrigo del segundo día era prestado, por ejemplo. Era de mi abuela, Carmen Soltero (q.e.p.d.), y entonces fue como una combinación bonita de cosas de gente que quiero, y que me quería. Eso fue lindo”.

Cómplice de aventuras: Romina con su mamá, Alma Villarello, quien la acompañó en este viaje. / Foto de Cortesía

Estando en París, la actividad de Romina consistiría en observar el proceso de trabajo como editor de Lagerfeld, por lo que no tenía que alistarse para algo más, pero aún así se tuvo que preparar para no tener miedo de conocer al Kaiser de la moda.
“Creo que fue más emocional, mental y espiritual lo de relajarme”, dice Romina. “Y de disfrutar la experiencia, y el regalo que Dios me estaba dando”.

Con una leyenda

Romina confiesa que la idea de conocer a Lagerfeld era intimidante porque este diseñador proyectaba una imagen de persona seria y hermética, pero a la hora de la hora resultó ser muy amable, tanto con ella como con su mamá.
“Me impactó mucho que sus primeras palabras fueran, cuando se iba de la oficina y yo recién llegaba, y él le decía a su asistente ‘me gusta su estilo'”, recuerda Romina. “Y pues imagínate, para que alguien que se dedica a la moda, que él haya dicho eso fue como demasiado, demasiado impactante.
“Y conocerlo fue extra surreal, porque yo tenía toda mi vida viendo sus fotos en las revistas de moda que me devoraba todos los meses. Entonces fue muy surrealista, pero también muy bonito”.

La foto del recuerdo: Con el Kaiser en persona. / Foto de Cortesía

Capital de la moda

El viaje de Romina y su mamá con destino a París se retrasó 2 horas, por lo que al llegar la chica se tuvo que arreglar en el aeropuerto para trasladarse rápidamente a las oficinas del medio de comunicación que organizó el concurso.
Ahí, las editoras la recibieron de manera muy amable y atenta. Otra mujer que fue súper linda con ella fue Caroline Lebar, quien era asistente de Lagerfeld en 2012.
Debido al retraso del vuelo de Romina, ella arribó justamente cuando Lagerfeld salía a almorzar, así que la tapatía también se fue a hacer lo mismo. Pero al regresar ya estuvo todo el día en la oficina con su ídolo mientras este revisaba el contenido de la edición que el medio anfitrión publicaría sobre él.
“Fue bastante simple, en realidad”, confiesa Romina. “Pero teniendo 19 años, y sin ninguna experiencia, pues para mí fue magnífico y hermoso”.

Romina en París / Foto de Cortesía

Romina admite que, antes de esta aventura, temía que la gente que iba a conocer sería medio mala onda, debido al estereotipo tan difundido que hay sobre los profesionales de la industria de la moda, pero afortunadamente resultó ser todo lo contrario: fueron muy corteses, al grado de que Caroline Lebar invitó a Romina y a su mamá a conocer las oficinas de Lagerfeld al día siguiente.
En esa segunda jornada, Romina y Alma se fueron a desayunar al célebre Café de Flore, y de ahí se pasaron al cuartel general de Lagerfeld, quien en ese entonces no solo era director creativo de Chanel, también tenía su propia marca.
“Estuvo megamágico”, exclama Romina. “Porque entramos a la oficina donde se sienta a bocetear. Caroline nos enseñó los colores que tenía, y el papel especial en el que boceteaba. O sea, le hacían un papel especial ahí en París específicamente para él, ¡y pues imagínate!
“O sea, lo cuento y digo que es locura. Qué locura haber estado ahí, y haber presenciado eso. O sea, entrar a uno de los recintos como más, se podría decir sagrados, para alguien que se dedica a la moda”.

Milagros

El reto más grande que enfrentó Romina durante esta aventura fue comenzar a creer en ella misma y en lo que Dios le ha regalado a través de sus dones y talentos.
“Porque de alguna forma yo era muy insegura”, expresa Romina. “O sea, como que me decía ‘a mí me gusta lo que hago, pero no sé si es bueno’. O sea, como este síndrome del impostor.
“Entonces creo que el concurso me hizo ver que tenía mucho de eso, y que tenía que vencerlo para ir hacia adelante, y pues realmente si uno de los más grandes de la moda me había elegido como ganadora, pues como que eso me hizo voltear a decirme que necesitaba creer en mí misma y a exponer qué tengo dentro”.
Romina también asimiló que tiene que seguir soñando y trabajando constantemente, y confirmó que siempre hay que ser amable, sin importar la posición en la que se esté.
“Lo aprendí a través de esas personas que tienen trabajos tan increíbles, y al ver cómo fueron de lindos conmigo”, ahonda Romina.

Alma Villarello y Romina Gómez durante su increíble viaje / Foto de Cortesía

Otra gratificación para esta fashion stylist fue poder regalarle a su mamá esta experiencia.
“Siempre hablábamos como de ‘ay, sí, cuando tengamos una bolsa Chanel’, y cosas así, tonterías, pues. Entonces fue muy bonito compartir este viaje. Ya habíamos estado juntas en París antes, pero en esta ocasión fue muy especial para las dos”.
Además de todos estos recuerdos especiales, la experiencia trajo consigo otro beneficio de vital importancia para la carrera de Romina.
“A raíz del concurso quise hacer el blog (Romiracles) porque sentía que tenía algo que dar”, explica Romina. “Algo que era diferente. Y obviamente a lo largo de estos 10 años han cambiado mucho las cosas, empezando porque ya ni siquiera existen los blogs. La gente lee menos, y todo está en Instagram y TikTok. Entonces el formato ha cambiado demasiado, pero pues uno tiene que adaptarse”.
Romina confiesa que en esta última década ha luchado por mantenerse auténtica y fiel a sí misma, a sus raíces y creencias, pues no quiere imitar lo que los demás hacen, algo difícil actualmente, ya que la gente vive en una comparación constante en las redes sociales.
“He tratado de adaptarme como a las nuevas formas, pero sin cambiar mi esencia”, dice Romina, “que mi esencia siempre va a ser tratar de darle a todo esto ese toque milagroso de seguir creyendo en los milagros. Y expresarlo a través de lo que yo encuentro, que es la belleza, la moda y el arte”.

Conclusiones

Romina, ¿cómo has cambiado a partir de que fuiste a conocer a Lagerfeld, ícono de la moda internacional?
Creo que han sido los 10 años más cruciales de mi vida. He cambiado demasiado, obviamente. Creo que los 20 es la etapa en la que más te enfrentas a decisiones importantes, a realidades importantes, a una madurez como muy extrema. Entonces pues he cambiado demasiado, pero creo que especialmente en este año puedo darme cuenta de que sigo siendo esa misma niña, como hasta cierto punto ingenua, y que cree que pueden suceder cosas así de milagrosas. Pero creo que puedo juntarlo con toda la madurez que he adquirido a lo largo de los años.

Romina Gómez con Karl Lagerfeld el día que fue su asistente / Foto de Cortesía

¿Qué consejo darías a las jóvenes que quieren competir en concursos similares?, ¿o que temen no poder alcanzar sus metas en la industria de la moda?
Me acuerdo que me hicieron esta misma pregunta hace 10 años, y sigo contestando lo mismo. Creo que uno tiene que atreverse a ser decepcionada al creer y tener grandes sueños. Y lo más importante para mí desde ese momento hasta este momento pues es entregarle esos sueños a Dios. Trabajar por ellos, pero sobre todo eso, confiar en que no hay nada imposible, y trabajar por ello. Obviamente pues es una industria difícil, así como cualquier otra, pero pues uno no pierde nada intentándolo y jugándosela por sus sueños. Creo que pierdes más al no intentarlo.

¡Síguela!

Romina se describe como una persona intensa, apasionada, idealista y valiente; le encanta la industria de la música y actualmente está trabajando para Edén Muñoz, ex integrante de Calibre 50.
También tiene un workshop que se llama “Be You Do You”, con ediciones para mujeres y hombres, en versiones presencial y virtual.
Sus pasatiempos son correr, la poesía y el arte, ¡no le pierdas la pista!, en Instagram la encuentras como @romiracles

Romina está en Instagram como @romiracles / Foto de Cortesía

Más fotos del viaje de Romina...

Romina usó el abrigo de su abuelita, Carmen Soltero (q.e.p.d.), para su segundo día en París / Foto de Cortesía
Romina en una junta con Karl Lagerfeld / Foto de Cortesía
Romina modelando en París / Foto de Cortesía
Frente al célebre Café de Flore / Foto de Cortesía
Romina con Caroline Lebar, quien era asistente de Karl Lagerfeld en 2012. / Foto de Cortesía
Fotos con Karl Lagerfeld / Foto de Cortesía
Romina con Karl Lagerfeld, su ídolo / Foto de Cortesía
En junta con el "Kaiser de la Moda" / Foto de Cortesía
Karl Lagerfeld con su elegida / Foto de Cortesía

Información: Carolina Herrera. Fotos: Cortesía.