“Hemos podido conocer y reconoer la tortura sexual en todos sus ámbitos, con todas sus aristas e impactos. Pudimos reconocer que habíamos sido víctimas de tortura sexual, reconocerla, y pudimos tratar de conceptualizar alrededor, no sólo se quedó ahí, sino que hemos escuchado y compartido camino con muchas mujeres que lo habían vivido”.
NORMA AIDÉ JIMÉNEZ, VÍCTIMA DE CASO ATENCO (2006)