Gaby Minakata, Mariana Organista, Marichuy Macías, Isabel Ornelas y Valeria García / Foto de Rodolfo Lasso

Gaviar es un club de formación juvenil dirigido por el Opus Dei, el cual fomenta un estilo de vida cristiano entre niñas y adolescentes, cultivando la libertad, la piedad y el pensamiento crítico mediante el desarrollo de virtudes. Todos estos valores están representados en su nombre, que alude a una semilla que florece y da fruto.
Dentro de sus actividades está una iniciativa que consiste en entregar cenas navideñas el 24 de diciembre a familias tonaltecas que viven en situación de precariedad.
Tal proyecto es organizado por Gaby Minakata, Mariana Organista, Montserrat Manzano, Yayoi Namba y Valeria García, quienes, entre sus diferentes funciones, también coordinan las labores de los voluntarios que les ofrecen apoyo.
“Toda la ayuda se agradece”, dice Gaby, directora de Gaviar, “pueden ser donativos en especie de roscas, refrescos, pollos. Donativos monetarios. Ir físicamente a repartir la cena”.

Buenos corazones

Hace aproximadamente una década, las jóvenes del club Gaviar conocieron a Marichuy Macías, una vecina de la Colonia La Ladrillera que ha hecho mucha labor social en pro de la gente que vive en esa zona, y que generosamente aceptó fungir como enlace para contactar a las familias que necesitan ayuda.
Luego de estos años de trabajo, Gaby comparte que, en general, han tenido buena respuesta de parte de la sociedad tapatía.
“Veo en las personas que apoyan una ilusión grande por apoyar, que en el fondo refleja una necesidad de hacer feliz al prójimo”, ahonda.
Desde la creación de este programa, se ha logrado influir positivamente en 160 familias: 80 donantes y 80 receptoras.
“Menciono a las 80 familias donantes como parte del impacto, pues finalmente somos las más beneficiadas quienes damos”, aclara Gaby.

Alimentan la esperanza: Isabel Ornelas, Mariana Organista, Gaby Minakata, Marichuy Macías y Valeria García / Foto de Rodolfo Lasso

Actualmente, el club Gaviar se ha fijado una nueva meta: promover la acción filantrópica continua, sin limitarla al 24 de diciembre.
“El gran reto es hacer entender y transmitir que no basta con ayudar una vez al año”, afirma Gaby, “nos gustaría crear una cultura de solidaridad y subsidiariedad más fuerte que nos lleve a servir al otro. Y no solo en las periferias, sino a los que tenemos más cerca. Una sociedad se construye a base de confianza y servicio mutuo”.
Para ilustrar su experiencia como directora de esta iniciativa, Gaby relató que, hace unos meses, al llegar a la vivienda de una de las familias beneficiadas, uno de los niños que allí residía, con una sonrisa, les preguntó a ella y a sus acompañantes el motivo por el cual todas portaban tenis y relojes nuevos.
“Me dio una lección de vida de que verdaderamente podemos vivir con menos y ser felices”, concluye Gaby

Grandes acciones

Cada año, de septiembre a diciembre, se lleva a cabo este proyecto con el apoyo invaluable de Marichuy. Primero se contacta a las familias de La Ladrillera para comprender y empatizar con sus necesidades, y posteriormente, mediante visitas a dicha colonia, se sensibiliza a las familias de Gaviar sobre la importancia de ayudar a los más vulnerables.
Simultáneamente se establece comunicación con los proveedores de las cenas y se gestionan los pedidos en línea, coordinando la logística para que todo esté preparado la mañana del 24 de diciembre, de modo que el ensamblaje y la distribución se realicen sin contratiempos.
Para realizar esto último, se cita a los voluntarios a las 8:30 de la mañana en las instalaciones de Gaviar, ubicadas en Ciudad del Sol, de donde parten en caravana con rumbo a La Ladrillera.
Desde temprano, los participantes ya saben cuál familia les fue asignada, y cuando llegan a su destino, la gente ya los está esperando.
“La idea no es solo entregar la cena”, explica Gaby, “sino pasar un ratito con la familia. Conocerlos, platicar con ellos. Hacerles pasar un rato agradable”.

Así se ven las instalaciones del club Gaviar cuando los voluntarios se alistan para su labor altruista. / Foto cortesía

La labor concluye a las 11:30 de la mañana, aproximadamente, cuando los voluntarios cumplen con su misión.
Gaby añade que lo que más disfruta de esa jornada es observar la alegría en los rostros de las personas, tanto de los que reciben una cena navideña como de aquellos que las distribuyen.
“De verdad hay más felicidad en dar que en recibir. Colaboro porque creo que de verdad estamos hechos para amar. Y no necesariamente tenemos que ir a una actividad social para manifestarlo. Pero de hecho, colaborar en actividades sociales nos recuerda cuál es nuestro fin”, expresa.

Una invitación

Gaviar se esfuerza cada año por conseguir donativos, tanto en especie como en efectivo. En 2024, Tohhaa Alta Chocolatería Mexicana brindó una gran ayuda, permitiéndoles adquirir despensas para las familias que serán beneficiadas con las cenas, y, por otro lado, la Fundación Stella Vega y la familia de Irely Castro aportaron cobijas.

En esta imagen, captada en una edición anterior, aparece Mariana Villanueva preparando las cobijas que se incluirán en el kit de regalo / Foto cortesía

Sin embargo, siempre se necesita más apoyo, según afirma Gaby.
“Vale la pena darse a los demás”, contesta esta joven cuando se le pide un mensaje para los lectores de CLUB. “Les diría una frase conocida, ‘hay más alegría en dar que en recibir’, y otra que me gusta mucho, que escribió San Josemaría (Escrivá de Balaguer) en (su libro) Surco, ‘lo que se necesita para conseguir la felicidad no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado'”.

¿Cómo ayudar?

Cada paquete navideño tiene un costo de 600 pesos e incluye la cena para una familia (pollo, arroz, tortillas, salsa, rosca de reyes y refrescos), una cobija, una cubeta, artículos de despensa (alimentos enlatados, harina y crema de avellanas), y un kit de piedad que generalmente contiene un decenario, un devocionario, agua bendita y una estampa con la oración de San Josemaría Escrivá de Balaguer.
Para unirse a esta causa se puede colaborar de las siguientes maneras: adquirir una cena, distribuir una cena, o adquirir y distribuir una cena.

Sentada: Isabel Ornelas. Paradas: Mariana Organista, Valeria García y Gaby Minakata / Foto de Rodolfo Lasso

¿Quieres donar?
Banco: NU Banco
Clabe: 638180010116335051
Número de cuenta: 01011633505
Nombre: Mariana Organista Villaseñor

Más información
– Club Gaviar: 334-186-4042
– Montserrat Manzano: 333-104-9556
– Gaby Minakata: 333-578-4319
– Instagram: @clubgaviar
– E-mail: clubgaviargdl@gmail.com
– Sitio web: www.clubgaviar.com

Isabel Ornelas, Gaby Minakata, Valeria García, Marichuy Macías y Mariana Organista / Foto de Rodolfo Lasso

En voz de la directora

“(Esta iniciativa de entregar cenas navideñas) nace a raíz de una necesidad social que, a mi punto de vista, tenemos todas las personas dentro del corazón: cuidar al otro, ver por el más necesitado”, afirma Gaby Minakata.

Gaby Minakata / Foto de Rodolfo Lasso

Testigos del amor

Lo que más le gusta a Mariana Organista de este proyecto es ver la solidaridad de las familias, la forma en que se pasa la voz sobre esta labor, y la felicidad de todos cuando se realizan las visitas.
“Hay niños chiquitos que dan de sus ahorros para esta actividad”, comparte Mariana, “es muy bonito poder facilitar esta experiencia a tantas personas que quieren ayudar”.
Mariana recuerda un 24 de diciembre en el que conocieron a una familia que no tenía nada para comer en Noche Buena, y al recibir su cena todos se pusieron a llorar de alegría y agradecimiento, afirmando que ahora sí tendrían una feliz Navidad.
“En el camino de regreso decía una de las niñas que fueron a esa casa que era la primera vez que no le importaban los regalos que iba a recibir, gracias a la visita a la familia”.

Mariana Organista / Foto de Rodolfo Lasso

Forjando lazos inquebrantables

Son muchas las cosas que le gustan a Valeria García de este proyecto.
“Es muy padre ver a tanta gente que viene a apoyarnos a entregar las cenas”, dice. “Ver la alegría de los que ayudamos en sus caras cuando entregamos los kits de la cena, y convivir con ellos un rato”.
Valeria agrega que algo más que le encanta es que algunos de los voluntarios se mantienen en contacto con la gente que visitaron, para continuar auxiliándolos en lo que necesiten.

Valeria García / Foto de Rodolfo Lasso

Alegría al máximo

Lo que más le agrada a Isabel Ornelas de esta actividad es que la gente es muy agradecida y recibe con los brazos abiertos a los voluntarios.
“Me gusta colaborar en esta iniciativa porque es una fecha muy especial para disfrutar y compartir”, ahonda Isabel. “Y al entregar una cena también entregamos sonrisas y felicidad para que disfruten las personas”.

Isabel Ornelas / Foto de Rodolfo Lasso

Una labor hermosa

A Marichuy Macías le encanta este proyecto de la entrega de cenas navideñas porque considera que con esta iniciativa no solo dan alimento corporal, sino también alimento espiritual para el alma.
“Es una esperanza. Es un hecho de amor y bondad”, expresa Marichuy.

Marichuy Macías / Foto de Rodolfo Lasso

La mejor de las recompensas

“Lo que más me gusta de esta iniciativa es pasar tiempo planeando y pensando en las familias a las que vamos a visitar”, añade Montserrat. “Pensar en la organización que conlleva, en el mero día ir, en la sonrisa de alguien y en la Navidad de una familia completa. También me gusta que se unen, tanto las familias que apoyan a la iniciativa, así como las que (las reciben). Al final ‘todos ganan'”.

Montserrat Manzano / Foto cortesía

Información: Carolina Herrera. Fotos en La Ladrillera: Rodolfo Lasso. Fotos en Gaviar: cortesía.