Fuera de programa, durante un ajuste de tiempo, López Obrador invitó a Biden, a su esposa Jill; al Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, y a su esposa Sophie, a que abordaran –junto con su esposa Beatriz Gutiérrez– uno de los elevadores más antiguos de Palacio Nacional, con capacidad para sólo seis personas.
El tabasqueño tomó personalmente el control del elevador y lo hizo descender, dejando al Servicio Secreto sin posibilidad alguna de vigilar a Biden y a su esposa.
La situación incluso provocó un comentario del Mandatario norteamericano.
“Oh, sí, a los de Seguridad les va a encantar esto”, soltó Biden entre risas.