¿QUÉ IMPLICA LA LEY?
Según la ley española, elaborada por el Gobierno de coalición de centro-izquierda, los menores de 12 y 13 años necesitan la autorización de un juez para realizar el cambio, mientras que los de entre 14 y 16 años deberán ir acompañados de sus padres o tutores legales.
Hasta ahora, las personas transgénero españolas necesitaban un diagnóstico por parte de varios médicos de disforia de género, que es la condición psicológica de no sentir coincidencia entre el sexo biológico y la identidad de género.
En algunos casos, también necesitaban pruebas de que habían vivido durante dos años con el género con el que se identificaron, o incluso registros que demostraran que habían tomado hormonas.
Los grupos de derechos de las personas transgénero dicen que la ley representa un “antes y un después” en los derechos LGBT. Pero algunas activistas feministas ven la autodeterminación de género como una amenaza que desdibuja el concepto de sexo biológico.
DISPUTA FEMINISTA
El avance de la ley también generó profundas divisiones en el feminismo, entre quienes comparten la visión de Irene Montero y militantes históricas, en guerra abierta contra el proyecto.
Cuando se reivindica el género por encima del sexo biológico (...) me parece un retroceso para las mujeres"
Carmen Calvo, ex Vicepresidenta de España
“El Estado tiene que dar una respuesta a las personas trans, pero el sexo no es ni voluntario ni opcional”.
Estas feministas históricas temen que personas del sexo masculino que se autoidentifiquen como mujeres puedan participar en competiciones deportivas femeninas o cumplir condenas en prisiones de mujeres.
Haciéndose eco de estos temores, los socialistas presentaron una enmienda para extender la necesidad de contar con autorización judicial también para los jóvenes entre 14 y 16 años, pero acabó siendo rechazada.
VICTORIA DE LA ULTRAIZQUIERDA
La ley se trata de una victoria del partido de extrema izquierda Unidas Podemos, el socio menor en el Gobierno de coalición.
La ley se opuso ferozmente a los partidos de Oposición de derecha y también creó algunas divisiones con el Partido Socialista del Presidente del Gobierno Pedro Sánchez.
Los socialistas intentaron introducir una enmienda solicitando la supervisión judicial para las personas de hasta 16 años que deseen cambiar su género registrado. La versión aprobada el jueves incluía el requisito solo para menores de 13 años.
Más de una docena de otros países ya han adoptado una legislación similar.
“Siempre estuvimos en el lado correcto de la historia, hoy se ha hecho justicia”, escribió Carla Antonelli, que fue la primera diputada trans de la historia de España, y que asistió a la votación.
Además, el Congreso de los Diputados aprobó una nueva ley del aborto que permite la interrupción del embarazo a las menores sin permiso familiar a partir de los 16 años, y que instaura el derecho a una baja médica a las trabajadoras que sufren reglas dolorosas, conocida como “baja menstrual”, una medida pionera en Europa.
PAÍSES PRECURSORES
En 2012, Argentina fue pionera al autorizar el cambio de género en el estado civil con una simple declaración.
En estos últimos años, varios países latinoamericanos han adoptado leyes parecidas, como Uruguay, Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú.
En Chile, la ley sobre la identidad de género, que entró en vigor a finales de 2019 tras años de ásperos debates, ganó visibilidad con la película ganadora de un Óscar “Una mujer fantástica”, protagonizada por la actriz transgénero Daniela Vega.
DINAMARCA, PRECURSORA EN EUROPA
En 2010, el Consejo de Europa adoptó una resolución que pedía a sus Estados miembro (47 en total) garantizar el derecho a las personas transgénero para obtener “documentos oficiales que reflejen la identidad de género escogida, sin la obligación previa de tener una esterilización u otro proceso médico como una operación de conversión sexual o una terapia hormonal”.
En 2014, Dinamarca fue el primer país europeo en conceder el derecho a la autodeterminación de la identidad de las personas transgénero.
Otros países europeos le siguieron los pasos, como Malta, Suecia, Irlanda, Noruega o Bélgica.
Francia permite desde 2017 a las personas transgénero modificar su estado civil sin “justificar tratamientos médicos, operaciones quirúrgicas o esterilización”, sino mediante un procedimiento ante los tribunales.
En Alemania, el Gobierno anunció en junio de 2022 que prevé presentar un proyecto de ley para facilitar el cambio oficial del nombre y género.
TERCER GÉNERO
Algunas naciones en el mundo reconocen un tercer género, ni masculino ni femenino.
En 2009, Pakistán se convirtió en el primer país en el mundo en reconocer la existencia de un tercer sexo.
En 2013, Nepal añadió una categoría transgénero en los certificados de ciudadanía, una especie de documento de identidad.
Australia permite desde 2013 agregar una tercera categoría en los pasaportes para que las personas transgénero no tengan que definirse como hombre o mujer.
En 2014, el Tribunal Supremo indio reconoció la existencia de un tercer género.
En Bangladés, las personas transgénero pudieron, a partir de 2018, registrarse para votar como tercer género.
Por su parte, Alemania legalizó en 2018 un “tercer género” en los certificados de nacimiento.
CAUTELA
El debate sobre la disforia de género, que es la falta de coincidencia entre el sexo biológico de una persona y el género con el que se identifica, ha cobrado fuerza en varios países en los últimos años, con el aumento de las solicitudes para cambiar de género, especialmente entre los menores.
Pero España da este paso en momentos en que varios países, que fueron pioneros en la materia, han echado el freno o han reculado ante las complejidades emanadas del delicado asunto.
Suecia decidió hace un año frenar las terapias de hormonas para menores, alegando la necesidad de observar “precaución”, algo que ya había hecho Finlandia dos años antes.
En Francia, la Academia de Medicina pidió “gran cautela médica” en el tratamiento de pacientes jóvenes.
Y en Reino Unido, el Gobierno bloqueó en enero una ley escocesa similar a la española adoptada a finales de diciembre por el Parlamento de Edimburgo tras un acalorado debate.
La polémica alrededor de la ley escocesa, que se inflamó por la entrada en una prisión de mujeres de una mujer transexual condenada por violar a mujeres antes de su transición, fue una de las causas que llevaron a renunciar a la jefa del Gobierno regional de Escocia, Nicola Sturgeon.