UNA HORA... ¿Y EL PRIMER ACUERDO?
Los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden sostuvieron anoche su primera conversación bilateral como parte de la visita del mandatario estadounidense en México, a bordo del vehículo oficial del Gobierno de Estados Unidos, conocido como “La Bestia”.
El vehículo blindado, de 9 toneladas, fue colocado al pie del avión Air Force One, en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), donde fue abordado por los dos mandatarios y dos intérpretes.
Ya en la limusina Cadillac, los presidentes realizaron un recorrido por las instalaciones del AIFA.
Según AMLO, al conocer la terminal aérea, Biden expresó las frases “es un gran aeropuerto” y “qué importante obra”.
El tabasqueño confesó que en la conversación, el presidente Biden le comentó que no entendía la insistencia de aterrizar ahí y no en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). “Yo le expliqué que ese aeropuerto se hizo porque querían hace otro en un lago”, relató esta mañana.
Negó que durante la conversación se hayan abordaron temas polémicos como la migración o la reciente captura de Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo”, líder del Cártel de Sinaloa.
Arriba de “La Bestia”, el presidente norteamericano mostró a AMLO funciones del auto y accesorios. “Él mismo me ponía los botones, lo que hace esa silla muy muelle”, soltó entre risas.
FRASE 03
Él mismo me ponía los botones. Fue un buen encuentro, el presidente Biden es una gente amable, estuvo todo el tiempo contento"
El Canciller Marcelo Ebrard reveló, sin dar detalles, que el primer acuerdo entre Joe Biden y el Presidente López Obrador se alcanzó a bordo de “La Bestia” durante el trayecto desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y bromeó con que este es un nuevo formato de diálogo inaugurado por la Cancillería.
¿BACHES EN EL CAMINO?
Según reportes de la Casa Blanca, el recorrido desde el AIFA hasta el hotel Presidente Intercontinental, donde se hospeda Biden, fue de 1 hora con 7 minutos.
Un reporte del pool de prensa acompaña a Biden en esta visita, difundido por el Gobierno norteamericano, destacó que el camino entre el aeropuerto y Polanco estuvo lleno de baches. “After a very bumpy ride”, fue la expresión usada por colaboradores de la Casa Blanca.
Durante todo el trayecto, el vehículo fue escoltado por medio centenar de unidades del Servicio Secreto, la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México y un helicóptero.
El Mandatario estadounidense pasó la noche en el Hotel Presidente Intercontinental en Polanco, en la Ciudad de México.