Logro en las alturas

Como en el viaje de Ulises, en “La Odisea”, Ander Ortiz Talavera vivió una experiencia que le mostró que lo importante no es el destino, sino cómo llegar a éste, algo que asimiló tras haber conseguido escalar el Pico de Orizaba.

El ejecutivo de líneas financieras de 26 años de edad comenzó a practicar montañismo hace cinco años, después de que unos amigos lo invitaron a ascender con ellos el Iztaccíhuatl, cuando él no tenía el mínimo conocimiento de esa actividad.

Me dejó un muy buen sabor de boca, pensé que no me iba a desgastar tanto y desde ese momento me motivé a seguir haciéndolo, por lo que continué con otros ascensos, como a La Malinche y el Nevado de Toluca y, más recientemente, el Pico de Orizaba”

El primer intento por subir a la cumbre del Citlaltépetl, mejor conocido como Pico de Orizaba, se dio en el 2017; sin embargo, por las condiciones climatológicas y del glaciar, su grupo no pudo continuar con el ascenso y tuvo que bajar.

Tres años más tarde, en julio pasado, llegó la revancha y, a pesar de la jornada llena de desgaste físico y mental, pudo postrarse en la cima del punto más alto de México, no sin haber tenido complicaciones en la última hora, cuando se encontraba en las faldas del glaciar y sus demás compañeros lo habían adelantado a él y a su guía.

“Me empecé a marear, las piernas me temblaron, en ese momento comencé a ver la montaña no sólo por lo que es, sino por el reto que representa, lo reflejé en la vida misma, ya que nosotros estamos en un camino en el que siempre habrán adversidades; al ver que los demás se estaban yendo me hizo pensar que algo andaba mal”, expresó Ander.

Fue un break en el que estaba a punto de rendirme, pero fue paso a paso, como es la vida, respiro por respiro, para tener el enfoque de concentrarme en el presente”.

El ánimo le regresó en los últimos minutos antes de llegar a la cima, donde en un camino no tan vertical se alcanzaba a divisar el objetivo y punto de reunión con sus amigos, un lapso que disfrutó con singular satisfacción y orgullo mientras contemplaba la salida del sol.

“Uno de los aprendizajes más bonitos de subir una montaña es disfrutar el proceso. En lo que sea que hagas, si no te gusta cómo te estás desarrollando como persona, pasa algo similar a escalar, ya que el tiempo en la cima son 10 minutos, donde si no disfrutaste la experiencia, lo mejor es buscar algo que te guste”, explicó.

Ander asegura que esta aventura no hubiera sido lo mismo sin sus amistades, con quienes ha compartido innumerables historias, las cuales lleva muy dentro de sí.

 

Es importante ir con los amigos para pasar un buen rato y disfrutarlo, ellos forman gran parte de la vida, pues dan alegrías y gratos momentos”

Lo siguiente entre sus planes está continuar con esta pasión en distintas cumbres del País, pero más adelante le encantaría conquistar el Aconcagua, en Argentina, y quizá, cuando tenga mayor experiencia, algún punto del Himalaya.

“Siempre disfruta el proceso y lo que te gusta, las cimas van a venir y tendrás que buscar nuevas”, dijo el internacionalista.

Cronología del ascenso

El día previo al ascenso se llega en la mañana, con el fin de hacer una caminata de aclimatación.

  • Alrededor de las 19:00 horas es el momento de dormir, ya con el equipo preparado: piolet, arnés, crampones, mochila y un bastón de senderismo.
  •  A las 24:00 horas se despiertan para prepararse y salir una hora después.
  •  El ascenso dura alrededor de cinco horas, en lo que se llega a las faldas del glaciar, más una hora para alcanzar la cima alrededor de las 7:00 horas.
  •  Además, los descansos varían de cada etapa, ya que cada una es distinta, por ejemplo, en las primeras cuatro horas se toman cerca de tres pausas.

Con información de: Luis Hernández

Cortesía de fotos: Ander Ortiz

Edición: Mariana Muñoz Z.