Lo que inició hace 11 años como una reunión entre amigos en casa de Lorenzo Ruiz, hoy se ha convertido en una tradición, la “ugly sweater party”.
A esta fiesta se han sumado cientos de invitados, quienes deben cumplir con un dress code muy específico: portar un “ugly sweater”.
La intención de la “ugly sweater party”, que se realizó en la terraza de un hotel en Polanco, no fue sólo divertirse y encontrar las propuestas abrigables más creativas, sino también regalar amor a través de la recaudación de la prenda protagonista de la noche.
“Empezó en la sala de mi casa con 30 personas y fue creciendo hasta ahora, en esta grandiosa sede y, la verdad, me siento muy contento. Hoy esperamos entre 200 y 250 personas”, dijo el anfitrión, Lorenzo Ruiz.
“Todos los invitados deben traer un suéter nuevo para un niño o niña menor de 12 años, ese es su cover; lo depositan en una caja y, en Navidad, los vamos a llevar al Instituto Nacional de Pediatría y a la Casa del Migrante para que los pequeños no pasen frío”.
Todos los años he tenido la fortuna de asistir a esta fiesta, hasta en pandemia cuando fue virtual por Zoom, fui una de las host que organizó una mini reunión en su casa”.
Poco a poco, los presentes llegaron a la “ugly sweater party”, donde lucieron piezas llenas de colorido y creatividad, algunas hechas por ellos mismos, poniéndoles su sello, pues parte de la dinámica también era premiar su esfuerzo.
“Yo hice mi “ugly sweater“o, aunque sé que no quedó tan ugly, pero le eché ganas; desde anoche, con una pistola de silicón, le pegué todas las lentejuelas, el moñito, la textura, me apliqué bastante, porque es una reunión que me encanta, es de mis fiestas favoritas del año, la espero con mucha emoción”, reveló Ale Riquelme, quien es amiga de Lorenzo Ruiz.
Sin dejar que el frío de la Ciudad apagara su alegría, todos disfrutaron de diferentes bocadillos, snacks y drinks, al ritmo de la música, en un ambiente decorado por osos dorados gigantes y luces.
+ Para esta edición de la “ugly sweater party”, se diseñó un oso especial junto a una empresa de decoración regiomontana, con la intención de recaudar un porcentaje de ventas que será donado para comprar más suéteres.
