La Fórmula Uno es considerado un deporte de élite en el que se mueven grandes cantidades de dinero.
Para entrar al mundo de la máxima categoría del automovilismo es necesario que aquellos que se postulen cuenten con sumas millonarias en sus cuentas bancarias.
Dueños de equipos, promotores, sponsors, pilotos y hasta príncipes, dominan el mundo del Gran Circo como si se tratara de carreras de purasangre.