Björk

La cantante islandesa, Björk, sorprendió a todos a su llegada a la ceremonia de los Óscar de 2001, pues llegó con un vestido de cisne, creada por Marjan Pejosi.

La también productora estaba nominada en la categoría de Mejor Canción Original por “I’ve Seen it All”, que se desprendía del soundtrack de la película Dancer in the Dark.

Dicho vestido tuvo tanto impacto en el mundo de la moda y el entretenimiento que ha sido replicado en diferentes programas y presentaciones, además, ha sido expuesto en el MoMA como parte de una retrospectiva sobre la carrera de Björk en la música y el arte.

Gwyneth Paltrow

El vestido y look de la actriz, Gwyneth Paltrow, siempre serán recordados por ser uno de los atuendos más denostados de la historia de los Óscar: el infame vestido “gótico”. 

La creación sin forma de Alexander McQueen contaba con una falda de tafetán y un corpiño transparente que dejaba poco a la imaginación. El maquillaje de ojos intenso y la trenza de la actriz contribuyeron a asegurarle el lugar del traje en las listas de “peor vestidas” durante años.

En una crítica de los estilos de la noche, la veterana editora de Vogue, Suzy Menkes, entonces del International Herald Tribune, escribió que la histrionisa “parecía que iba a ver a su entrenador personal”. 

Por su parte, la escritora de moda de The Guardian, Jess Cartner-Morley, escribió que la estrella “falló terriblemente” con “trenzas de año sabático, maquillaje gótico en los ojos y joyería anticuada”.

Demi Moore

En la ceremonia celebrada en 1989, Demi Moore, decidió diseñar su propio vestido.

Constaba de un corsé negro, pantalones tipo ‘biker’ y una falda capa brocada con destellos dorados.

Su creativo conjunto lo completó con un recogido rizado, aros brillantes, collar a juego y zapatos negros.

¿Qué le hizo ser blanco de críticas por parte de todos los especialistas? Los leggins ciclistas, que ahora son tendencia, pero no a finales de los 80.

Uma Thurman

Uno de los tantos tropezones en la alfombra roja de los Óscar fue el vestido de Alta Costura que portó la protagonista de Kill Bill, de la diseñadora Christina Lacroix, que lució en la edición de 2004.

Las malas lenguas dijeron que parecía una pieza sacada del armario de Heidi.

“Era un vestido bonito. Resultó que lo llevé mal”, explicaría después la actriz.

Whoopie Goldberg

La actriz se robó los reflectores cuando se presentó a la edición 65 de los Premios Anuales de la Academia.

El vestido fue comprado en una boutique de Beverly Hills, el frock morado satinado de Whoopi Goldberg se abría para revelar un forro verde y unos pegados pantalones brocados.

Un diseño elegante, sin embargo, la combinación de colores no fue de agrado de los críticos.

Lizzy Gardiner

En la alfombra roja de 1995, la diseñadora australiana acaparó todas las miradas, lamentablemente no fue por un buen motivo.

Gardiner se presentó a la ceremonia con un vestido hecho con ¿puras tarjetas? Así es, su indumentaria fue realizada con 254 plásticos de American Express Gold.

Está catalogado como uno de los peores vestidos en la historia de los Óscar.

Amy Adams

Cher

La multitalentosa Cher juega cuando se trata de hacer un statement en la alfombra roja.

Su colaborador de varios años (desde los días de Sonny and Cher!) Bob Mackie le diseñó un conjunto digno de una showgirl de dos piezas en negro y bordado con cuentas, además de un imponente tocado de 60 centímetros hecho de plumas de gallo.

Sin embargo, parecía que la cantante iba a actuar en uno de sus shows en Las Vegas en lugar de caminar por la alfombra roja del Óscar.

Jared Leto

Una de las celebridades que más se arriesga en las alfombras rojas es Jared Leto y generalmente deja un buen sabor de boca.

Lució espectacular con un esmoquin bicolor de Saint Laurent, pero lo que no gustó fue su aspecto.

Se presentó en la ceremonia con el pelo semiondulado y mechas californianas, lo que resultó ser visto como un aspecto poco formal para una gala de esta magnitud.

La buena noticia es que ganó en la estatuilla, en la categoría de Mejor Actor de Reparto.

John Travolta

En la entrega de los premios de la Academia del 2015, el protagonista de Vaselina se arriesgó pero no salió tan bien como esperaba.

Lució un traje brillante de color berenjena, que no le quedaba nada mal. El problema radicó en la tez extra iluminada -muy adelantada al strobing– y la cadena gruesa de eslabones dorados, que son más aptas para estrellas de rap.