Los vehículos dependen de los microprocesadores para realizar una variedad de funciones que van desde las más básicas, como controlar el sistema de infoentretenimiento, hasta activar asistencias de seguridad como el frenado automático o el control electrónico de estabilidad. Por ello, la escasez actual de estos componentes ha causado paros globales en la producción de varios modelos y afectado la oferta.

Hace 5 décadas, los electrónicos constituían el 5 por ciento del total del costo de un auto, hoy representan cerca del 50 por ciento, según datos de Deloitte.

El aumento en la demanda de electrónicos de consumo como computadoras, consolas de videojuegos y smartphones causó una escasez de chips para el sector automotriz. Pero esto no quiere decir que los componentes usados entre los autos y los electrónicos sean iguales.

LOS DATOS DEL DESABASTO

  • 1.3 millones de unidades se redujo la producción global de autos por la escasez
  • En 1970 los sistemas eléctricos constituían el 5% del costo de un auto

  • En 2030 estos sistemas serán responsables del 50% del costo de un auto

  • 10% de la demanda global de microprocesadores es hecha por la industria automotriz

De hecho, los microprocesadores de los vehículos normalmente son más poderosos y eficientes y, de inicio, deben tener un promedio de vida útil de entre 10 a 15 años, mientras que los chips de los “gadgets” tienen una vida de uno a 3 años.

A esto se suma que los semiconductores para uso automotriz tendrán que soportar temperaturas de -40 a 155 grados centígrados, mientras que el de un smartphone, por ejemplo, cuenta con un rango de 0 a 40 grados.

Un factor aún más importante es la fiabilidad latente. Mientras que los procesadores de la electrónica de consumo tienen una tasa de tolerancia para fallas que deben ser menores al 10 por ciento, en los vehículos la tolerancia es mínima, pues muchos de estos componentes son vitales para la seguridad del auto.

Entonces, si los chips usados en los vehículos no son los mismos que usa un auto, ¿por qué hay escasez? El confinamiento en todo el mundo causó una mayor demanda de gadgets al tiempo que disminuyó las ventas de autos. Por lo tanto, los fabricantes de microprocesadores, una vez que pudieron abrir sus fábricas, reorganizaron su producción.

Con cientos de compañías de todo tipo en todo el mundo tratando de abastecerse de microprocesadores, la demanda y precio de estos componentes ha aumentado causando preocupación de grandes actores: la Comisión Europea anunció una estrategia que contempla la creación de una alianza entre los mayores fabricante de chips europeos para aumentar la producción.

En tanto, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, busca 37 mil millones de dólares en fondos para incentivar la producción de estos componentes en su país, al tiempo que las armadoras evalúan formas de establecer una cadena de suministros de procesadores que no dependan de los electrónicos de consumo.

Estos esfuerzos aún tomarán tiempo en concretarse afectando la oferta de algunos modelos de autos.