“(La lucha) es una danza donde los cuerpos se encuentran, se doblan, se reciben y se avientan; la afrenta entre el bien y el mal; es un mundo donde el hombre, la mujer, el enano, el gigante, aparecen en escena”…

Es la voz de Lourdes Grobet, fotógrafa de lucha libre y autora del libro Espectacular de lucha libre, publicado en 2005 y que recoge 500 imágenes del mundo del pancracio.

Esta actividad ha estado inherente al mexicano desde la segunda mitad del siglo 19, pues su introducción en el País data de 1863, durante la intervención francesa.

Sin embargo, para 1910 compañías italianas trajeron a gladiadores extranjeros como Conde Koma y Nabutaka, además de George Gadfrey y el Sargento Russell.

El domingo 21 de junio, la Arena Coliseo de Guadalajara tuvo su primera función de lucha libre.

Para 1929, el jalisciense oriundo de Colotlán, Salvador Lutteroth González, observó un encuentro de lucha libre en El Paso, Texas, y se enamoró de ese deporte.

Así, en 1933 funda la Empresa Mexicana de Lucha Libre, hoy Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), con la idea de traer de manera fija a este deporte en México.

“El luchador es la entidad más concreta y elusiva: el encuentro de la furia cronometrada y el impulso dancístico, de la dialéctica entre campanadas y descomposiciones faciales, entre la violencia y su falta de consecuencias trágicas”, expresó en alguna ocasión Carlos Monsiváis, escritor y narrador aficionado a la lucha libre.

Época de oro

Salvador Lutteroth González es considerado como el padre de la lucha libre en México.

En Jalisco, las primeras funciones de lucha libre organizadas datan de mediados de los años 30, en la Plaza de Gallos, que estaba sobre la Calle Insurgentes, en el Centro tapatío.

En ese lugar ya figuraban personajes como El Indio Mejía, El Loco Sandokan, Apolo Curiel, El Diablo Velasco, Tarzán López, Jack O’Brian y El Murciélago Velázquez, entre otros.

Posteriormente, una sede fue la Arena Río Nilo, hasta que en 1944 surge la Arena Canadá Dry, que se ubicaba sobre la Avenida Alcalde y Jesús García, en el Centro. En este coso se realizaban funciones básicamente los domingos o días festivos o de importancia para la sociedad.

Después, el Coliseo Olímpico también albergó funciones del pancracio y hasta la Plaza de Toros El Progreso atestiguó a los principales ídolos de la época.

Elementos de antaño de la lucha libre en Jalisco, encabezados por el "Diablo" Velasco.

Se pone de moda

A la par del crecimiento del cine mexicano, el impacto de la lucha libre en la sociedad fue tal que el deporte de los costalazos incursionó en la pantalla grande.

En 1952, el Médico Asesino se convirtió en el primer gladiador en participar en una película. Se llamó El Enmascarado de Plata.

Sin embargo, fue El Santo, conocido también como El Enmascarado de Plata, quien se convirtió en el estandarte e ícono de la lucha libre, en gran parte gracias al cine, pues llegó a rodar en más de 60 películas, acompañado, entre otros, por Blue Demon, Mil Máscaras y Tinieblas, además de Wolf Ruvinskis o el Lobo Negro.

“Como aficionado me nace el amor a la lucha libre viendo las películas de El Santo. En el cine Alameda pasaban tres películas de El Santo por 5 pesos y ahí yo iba y me quedaba hasta que cerraban. Cuando regresaba caminando a casa siempre iba pensando en que si fuera luchador cómo agarraría a El Santo y qué llave le podría hacer”, recuerda Daniel López “El Satánico”, luchador profesional próximo a cumplir 50 años en los encordados.

Nace la Arena Coliseo

A mediados de los años 50, comenzó la construcción de la que sería la casa de la lucha libre en Guadalajara: la Arena Coliseo, enclavada en el Barrio de Analco.

El recinto se inauguró el 20 de junio de 1959 con una pelea de box. Al siguiente día, la batalla estelar fue protagonizada por Blue Demon y El Espectro en un mano a mano.

Durante los 60, la Arena Coliseo fue la casa de la lucha libre en el occidente del País.

“Recuerdo la primera vez que asistí a una función de lucha libre. Fue en la Arena Coliseo, estuve arriba. Recuerdo que en la lucha estelar estuvieron El Santo y Rolando Vera para Benny Galán y Cavernario Galindo. Lucharon Relámpago León, El Águila Tapatía, El Osito de Peralvillo, Luis Canales, eran unos veteranazos, pero con un calor tremendo y tenían a la gente prendida”, afirmó El Satánico.

En 1973 surge la Arena Jalisco, la cual funciona hasta la actualidad, mientras que hace apenas 16 años se creó la Arena Roberto Paz, ubicada en el Barrio de San Andrés.

Además otros recintos como la Plaza de Toros Nuevo Progreso, la Arena VFG, el Estadio Panamericano o hasta el Domo del Code también han albergado funciones de lucha libre.

Forjador de campeones

Ringo Mendoza (izq.), el "Diablo" Velasco y Atlantis.

En Jalisco no podría entenderse a la lucha libre sin la figura de Cuauhtémoc “El Diablo” Velasco, luchador desde los años 20, réferi y posteriormente entrenador que dejó una importante escuela en el pancracio nacional.

Por sus manos desfilaron gladiadores de la talla del potosino Mil Máscaras, el tijuanense El Dandy y los jaliscienses Rito Romero, Alfonso Dantés, El Solitario, Rayo de Jalisco Jr., Atlantis, Solar, Ringo Mendoza, Los Hermanos Dinamita, o el propio Satánico, por mencionar algunos.

Su filosofía como entrenador era muy sencilla, elemento que no dominaba los estilos olímpicos y la grecorromanos (bases de la lucha libre) no estaba listo para ser profesional.

Esa escuela fue heredada por El Satánico, quien ha pulido a elementos como Místico o Volador Jr

Jalisco sigue produciendo elementos de calidad para la lucha libre mexicana como son Máscara Dorada, hoy Metalik, Esfinge o el propio Titán. Incluso hace unos meses ganó el torneo de escuelas del CMLL en la Arena México.

 

Cuauhtémoc Velasco dando clases de lucha libre.

Así, la lucha libre, ese espectáculo para muchos mentira, pero para otros un deporte que exige a quien lo practica, se metió en el corazón de los aficionados, envolviéndolos de su magia, con héroes de carne y hueso que tuvieron cercanía con el pueblo.

“Yo creo que (la lucha libre) tiene de todo… Mucha gente se molesta cuando le dices ‘circo, maroma y teatro’. Creo que tenemos de todo, un poco de todo, pero antes de todo eso es un espectáculo”, afirmó Blue Panther, destacado luchador durante más de 40 años.

Titán es una de las figuras del CMLL que salieron de Jalisco.

Información: Moisés López
Fotos: Cortesía Arena Coliseo de Guadalajara y Archivo
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