Alegre, divertida, simpática, generosa, amorosa, de gran corazón y una excelente madre y abuela son los adjetivos con los que sus seres queridos describen a Carmela Burillo Azcárraga tras su sensible fallecimiento.
Nació el 3 de septiembre de 1950 en la Ciudad de México, fue la primogénita del matrimonio entre Alejandro Burillo Pérez y Carmela Azcárraga Milmo, quienes también procrearon a Alejandro, Jorge, Emilio, Paty y Javier. A decir de sus allegados, vivió una infancia increíble, rodeada de sus queridas primas y hermanos, con quienes disfrutaba sus vacaciones en Acapulco.
Carmela Burillo Azcárraga realizó sus estudios en el Colegio Merici y cursó dos años en una academia de St. Louis Missouri, en los Estados Unidos.
Le fascinaba viajar; Italia era su país favorito y Nueva York, su ciudad preferida.
Además, era amante de la fotografía, la repostería y una gran aficionada al teatro. En 1973, se casó con Javier Braun Pérez Verdía con quien tuvo a Javier, Emilio, Eduardo, Alexis y Carla.
En 1993, Carmela Burillo Azcárraga enviudó a los 43 años con cinco hijos y supo mantener a su familia unida; esa fue su prioridad.
Cinco años después contrajo nupcias con Agustín Hernández, quien falleció en 2005 y, en 2012, la “güera”, como le decían de cariño, se dio una nueva oportunidad en el amor y le dio el sí a Gustavo Stiglitz.
En el ramo empresarial fue socia de varias empresas inmobiliarias, televisoras y hoteles; además, gracias a su gusto por la decoración, tenía varias tiendas de muebles en la CDMX.
Su sentido filantrópico siempre estuvo presente, pues, además de ayudar a la gente que la rodeaba, apoyó la causa de diversas fundaciones y a muchísima gente con necesidades.
Quienes conocían a Carmela Burillo Azcárraga afirman que su más grande logro fue, sin duda, su familia, que para ella siempre fue lo más importante. Destacó por ser una amorosa abuela de sus 15 nietos, Javier, Diego, Camila, Luciana, Priscila, Emilio, Alessandra, Andrea, Andrés, Alec, Pepe, Eduardo, Franco, Lucía y Amaia, en quienes permeó su más grande legado: la unión familiar.
Carmela Burillo Azcárraga falleció el 16 de octubre dejando un legado de una vida llena de amor y retos que, a decir de quienes la amaban, superó con mención honorífica. Descanse en paz.