1945-2023
Al lado de todo gran hombre, hay una gran mujer”, esta frase la mostraba a cada momento el matrimonio conformado por el empresario Juan Francisco Beckmann Vidal y su esposa, Doris Legorreta de Beckmann, a quien la recordarán con mucho cariño sus familiares y amistades cercanas tras su sensible fallecimiento a los 78 años.
Nació en Monterrey, Nuevo León, el 17 de diciembre de 1945. Aunque poco se sabe de su infancia, Doris Legorreta de Beckmann en su adolescencia conoció a su esposo cuando él estudiaba Contaduría y máster en Administración y Dirección de Empresas por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Su relación la forjaron día a día por más de 50 años, en la que Doris, como la llamaban todos los que la rodearon, se dedicó de lleno a su familia, en especial a Juan Domingo, Karen y Doris, sus tres hijos, y a las causas filantrópicas en las que siempre estuvo involucrada.
En 1998, Doris Legorreta de Beckmann creó junto a su esposo la Fundación Beckmann, en la cual participó activamente y promovió el desarrollo de Tequila, Jalisco, a través de iniciativas educativas, sociales, culturales y de salud.
También, formó parte de distintos organismos altruistas, entre ellos, como integrante del Patronato de la Asociación de Amigos del Museo de Arte Popular (AAMAP), con su fundadora, Marie Thérèse Hermand de Arango (q.e.p.d.), y siempre mantuvo un apoyo sin igual a la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano, A.C., (SIVAM), organización dedicada a la formación artística y promoción cultural de la música en México, de la mano de otra de sus mejores amigas, Pepita Serrano.
Siempre es muy doloroso ver partir a una amiga cercana; sin embargo, Doris fue mi ‘búho’ querido, una hermana de vida, quien siempre supo apoyar a sus amigas”.
Querido Juan, perdimos nuestras parejas de vida, pero la amistad y cariño de tantos años perdura en su recuerdo”.
Hoy despedimos a nuestra querida amiga Doris, mujer extraordinaria cuya generosidad y espíritu filantrópico dejaron una huella imborrable también en la Asociación de Amigos del MAP. Su dedicación y compromiso impactaron a innumerables vidas de artesanos; su legado perdurará en la cultura mexicana. Descanse en paz, una alma noble y desinteresada que marcó la diferencia”.
Su vida familiar también fue muy fructífera, pues no sólo Doris Legorreta de Beckmann compartió con Juan Francisco Beckmann los triunfos que él ha tenido al mando de Jose Cuervo, empresa que pertenece al grupo Becle (por Beckmann Legorreta), de la cual, su hijo mayor, Juan Domingo Beckmann, es el CEO, y su hija, Karen Beckmann, la primera mujer en ser miembro del consejo de administración de la empresa.
Además de ser el pilar de los Beckmann Legorreta, a Doris Legorreta de Beckmann le encantaba la música, recorrer museos para ver las obras de grandes maestros de las artes y también su jardín.
Los que la conocían, la recuerdan como una persona generosa, leal y honesta; además de ser una gran amiga, con la que compartieron momentos de dicha, gracias a su alegría, chispa y consejos.
Para la filántropa Doris Legorreta de Beckmann, sus hijos y sus nietos, José Antonio, Camilo, Karen, Esteban, Sabrina, Pía, Juan y Bosco, eran su adoración. En sus corazones, dejó un legado lleno de valores que continuará por generaciones. Descanse en paz.
Compartimos la fiesta de fin de año en muchas fechas en casa de Doris y Juan Beckmann, en Acapulco. Era una mujer muy querida por las señoras de México. Siempre fue muy generosa con las obras de caridad. Su esposo hizo un tequila delicioso en homenaje a ella. ¡Te extrañaremos mucho! Gran amiga, especial, adorable, simpática y llena de vida”.
Nuestra querida Doris nos deja un recuerdo de sinceridad, de una amistad sin dobleces. Sabía congregar con su reconocida generosidad, siempre espléndida y cariñosa. Ejemplar compañera de Juan, entre los dos formaron una familia integrada y amorosa. Tuve la suerte de pertenecer a un grupo de amistad de matrimonios que la respetábamos como amiga y por su coherencia de vida”.
¡Doris fue una amiga muy querida a quien siempre extrañaremos!
SU HISTORIA EN CLUB
En nuestras páginas, fuimos testigos de la vida y el legado altruista de Doris, quien protagonizó la portada en varias ocasiones.
- En diciembre del 2004, la familia Beckmann realizó varias actividades culturales en honor al artista Juan Soriano (q.e.p.d.), en Tequila, Jalisco.
- En octubre de 2006, junto a Manuel Arango, Ana Luisa Landucci y Marie Thérèse Hermand de Arango (q.e.p.d), asistió a la ceremonia de premiación del Caracol de Plata.
- En mayo de 2013, Miguel Alemán Velasco, Carlos Bremer, Juan Francisco Beckmann y Federico Sada (q.e.p.d.) y sus esposas asistieron al cambio del consejo del Museo Nacional de San Carlos.
Doris fue una persona no sólo bella exteriormente, sino internamente, irradiaba belleza y exhalaba amor; deja un hueco muy grande”.
Entrañable amiga, compañera inseparable de su marido, Juan, los dos grandes filántropos que ayudaron a las artes y a Tequila lo convirtieron en un Pueblo Mágico. Pasamos muchos fines de año juntos en Acapulco, ellos hacían una fiesta preciosa. Ella era espléndida y una mujer elegante, siempre vestida con el mejor gusto; divertida, muy gozadera de la vida, y oportuna en sus comentarios, rápida para pensar y encantadora. Una madre insuperable con sus hijos y sus nietos, eran su adoración. Que Dios la tenga en su gloria, la vamos a extrañar, sólo se nos adelantó. Que descanse en paz, nuestra querida, Doris”.
Me da mucha tristeza saber que se nos fue Doris. Nos hemos encontrado en muchas ocasiones con su querido esposo, con quien formó una pareja muy unida. Desgraciadamente, la vida pasa rápido y todos tenemos un final. Nuestras condolencias para la familia”.
Gran amiga, esposa ejemplar y enamorada de Juan; tuvimos muchos ratos de risas en nuestro caminar. La voy a extrañar mucho. Descansa en paz”.
Una amiga muy cercana, leal, cariñosa, generosa, inteligente, interesada en las artes y la música. Tenía un sentido del humor puntual y divertido, podía ver a través de cualquiera”.
Nos conocimos en Acapulco en una comida de mi hermana, Rosi Peñafiel. Doris, ‘Doris Day’, como acostumbraba decirle, fue, para mí, una amiga entrañable, vivimos juntas incontables experiencias, maravillosos viajes, fiestas, conversaciones, pero, sobre todo, compartíamos infinidad de risas y momentos alegres. Fue una excelente anfitriona y siempre fue consentida por su marido, Juan. La amistad que construimos la guardo como un tesoro en mi corazón; espero que ella también la lleve consigo a ese lugar de paz, en el que se encuentra ya. ¡Hasta siempre, querida ‘Doris Day!’”.
Doris fue una gran amiga, incondicional y con una generosidad inigualable; será difícil aceptar su ausencia”.
Fue una persona no sólo especial en mi vida, sino también en la de mi familia. Siempre alegre con ganas de compartir momentos y experiencias con nosotros. Gran amiga, compañera y ser humano. Hicimos muchísimos viajes y pasamos varios años nuevos juntos en Acapulco. Vas a hacer mucha falta en nuestras vidas, Doris. Sobra decir lo mucho que te voy a extrañar”.
Tuvimos el privilegio de convivir con Doris. La recordaremos siempre como una gran mujer, ocurrente y alegre, a la que quisimos mucho”.