Mauricio Berger

Como un gran emprendedor y visionario, quien tuvo la visión de convertir Masaryk en la quinta avenida de México, así recordarán sus seres queridos a Mauricio Berger Seifman tras su sensible fallecimiento.

El segundo hijo de Eliasz Alex Berger y Genia Seifman nació el 21 de abril de 1930 en Amberes, Bélgica. Su padre era un tallador de diamantes de origen judío, quien durante la Segunda Guerra Mundial atravesó Europa con una bolsa de diamantes como único patrimonio para salvar su vida y la de su familia, hasta llegar a Cuba y, después, emigrar a México.

De pequeño, Mauricio Berger Seifman y su hermano dos años mayor, Sylvain (q.e.p.d.), se entretenían jugando en los cafés que se encontraban frente al tranvía de su ciudad natal.

Eliasz Alex Berger con sus hijos, Sylvain y Mauricio, en Lisboa, en 1940
Genia Seifman con sus hijos, Sylvain y Mauricio, en una de sus visitas al internado en Bélgica, antes de la Segunda Guerra Mundial

Sus padres se divorciaron cuando él tenía 7 años y, a partir de ese hecho, comenzaron una vida de internados hasta terminar la preparatoria en la Ciudad de México. Nunca supieron lo que era regresar a casa después de la escuela, dormir en cama propia o comer con su madre; para ellos fue muy duro.

El 10 de mayo de 1940, la guerra alcanzó a Bélgica y los nazis la invadieron. Esa misma noche, su papá los sacó del internado, rentó un camión de mudanzas en el que iban 80 personas, incluida su mamá con su nuevo marido y los hijos de éste. Su madre llevó lo más valioso para ella: su cojín de plumas de ganso y los cubiertos de plata, mientras que su padre no tuvo tiempo de llegar a la caja fuerte y lo único que pudo tomar fue una bolsita de diamantes que tenía guardada.

Después de 70 kilómetros, el camión se quedó sin gasolina; caminaron seis semanas por las carreteras aledañas hasta llegar a Niza, en junio.

Una noche, con un guía, cruzaron a pie Los Pirineos hasta llegar a España. Ahí, contaron con la ayuda de Gilberto Bosques, cónsul mexicano en Francia, quien se dice que ayudó a más de 30 mil personas, entre ellas a Remedios Varo y Leonora Carrington.

Cruzaron España hasta llegar a la frontera con Portugal, donde lograron quedarse siete meses y su papá los inscribió en un internado; sus estudios de cuarto de primaria los hizo en cinco escuelas de países diferentes. Tras varios intentos, Eliasz obtuvo una visa para viajar a Cuba y abordó un barco junto a mil 800 personas durante tres semanas.

Desde que arribaron al país caribeño, buscó la manera de emigrar a Nueva York, y México era un punto estratégico para lograrlo, a donde llegaron el 16 de abril de 1943.

A finales de los años 70, los hermanos Mauricio y Sylvain Berge

Su aventura en México

Los primeros años los transcurrieron lejos de su madre, quien estaba en Cuba, así que los hermanos cuidaron de sí y atendieron sus estudios haciéndose hombres más fuertes cada día.

A su llegada, su papá comenzó a trabajar inmediatamente en un taller atrás del Zócalo. Mauricio Berger Seifman inició a los 18 años y, al igual que su hermano, aprendió el oficio de montador de diamantes; cada año iban a Cuba cuatro meses para aprender más sobre esa labor.

En 1946, su padre comenzó a importar diamantes a México; eran mayoristas y vendían a todos los joyeros del País. En los 70 empezaron con piedras de color y poco a poco diseñaban piezas propias y organizaban exposiciones en el Museo Franz Mayer y en la suite presidencial del Camino Real.

La primera empresa se registró como Sylvain Berger, A.C. de C.V., y los dos salían a vender lotes a joyerías de Madero, viajaban a Guadalajara, Aguascalientes, Monterrey y Puebla.

En el ámbito personal, se casó por primera vez en junio de 1956 con Magda Alazraki, con quien procreó a sus tres hijos, Ari, Ivonne y Mónica. En 1968, Rafael Alazraki, hermano de la esposa de Mauricio, se suma al equipo y, para 1970, cambia a Bermex, S.A. de C.V. Como Berger Joyeros, se estrenaron como retailler al organizar un salón anual en el que además de sus creaciones incluyeron relojería.

Tras el éxito, abrieron una joyería con relojes y, al momento de buscar el lugar, no dudaron en en Avenida Masaryk y convertirla en su boutique principal, impulsando con ello el futuro desarrollo de la gran arteria de lujo.

Mauricio Berger, Margarita González Gamio, Leonor Alazraki, Esther González y Sylvain Berger en la inauguración de la primera tienda al público en Masaryk en 1994.
Ricardo Guadalupe acompañó a Sergio, Ari, Tamara, Mauricio y Alex Berger durante el corte de listón de la boutique de Santa Fe con un invitado de lujo: Pelé.
Ari y Sergio Berger, quienes forman parte de la tercera generación que continúa el legado de la familia, con sus padres, Mauricio y Sylvain, en 2005.
En 2020, don Mauricio checó las propuestas de ZsONA MACO junto a su hija, Mónica.
En 2013, Sandra Wiener, Mauricio, Tamara, Ari y Bárbara Berger con los pequeños Michelle y Alan Weiner asistieron a la pasarela Trigonometry en la Ibero.

La historia de amor de Mauricio y Barbara Berger

Mauricio y Barbara Berger se conocieron en México durante la luna de miel de ella con su primer marido, también joyero y amigo de los Berger, familia que se ofreció a ayudar a la pareja en su viaje por Acapulco.

Pasaron más de 20 años para que pudieran reencontrarse, hasta que, durante una estancia en Milán, Mauricio Berger Seifman la invitó a cenar; ambos estaban divorciados y la historia de amor comenzó a tejerse poco a poco.

Se casaron en México en 1990 y, desde entonces, tuvieron una vida llena de aventuras y, por supuesto, joyas, pues ella es coleccionista de costume jewelry.

Con su hermano, Sylvain, estuvo unido hasta su muerte en enero de 2010, fueron socios de palabra y no había necesidad de firmar nada, pues les tomó una vida hacer de Berger Joyeros lo que es hoy.

Construyeron una empresa familiar, la cual ha encontrado en cada miembro su particular talento y aportación. “Lo que me mantiene vivo es el trabajo, no voy a comer a casa para no distraerme y regreso a las 7, 8 de la noche. Nunca dejamos la joyería sola, estábamos mi hermano o yo, o los dos juntos, después la familia”, expresó Mauricio a sus 90 años, en el libro del centenario de la empresa. Falleció el 15 de septiembre, dejando un legado que labró gracias a sus tres grandes hobbies: el trabajo, sus clientes y el amor por su familia. Descanse en paz.

De puño y letra: Familia Berger

“Emprendedor y visionario. Tuvo la visión de convertir a Masaryk en la quinta avenida de México. Antes sólo había casas y cuando inauguraron Berger Joyeros, los señores Berger junto con la alcaldía empezaron a construir lo que hoy en día es”.

Con esta imagen, toda la familia festejó la publicación del libro ‘Berger Cien Años’, en 2019.

Amigos se despiden de Mauricio Berger Seifman

Seres queridos expresan de qué manera conocieron a Mauricio Berger Seifman y lo que más extrañarán de él.

De todos los diamantes que hay, tú fuiste el más único y especial para todos”.

Aurelia Lemaire, Mauricio Berger, Héctor Bitar, Bárbara Berger, Pedro Friedeberg, Alex Lemaire y Roberto Buford en la expo ‘EYE Collection: El Arte Oscuro del Diseño’ en 2013.

Desde que llegué a México tuve una relación espléndida con Mauricio. Iba cada mes a comer con él, lo recogía por la joyería y me daba los mejores consejos, ¡era de una inteligencia fuera de serie! Recuerdo que me contó que en la Segunda Guerra Mundial huyó con su hermano a Cuba, y un día me lo encontré en La Habana y me hizo el mejor recorrido, paseamos entre las calles y monumentos, recordaba cada esquina”.

Zélika García

Mauricio fue una inspiración para mí y siempre admiraré su incansable curiosidad y pasión por la vida. Constantemente rodeado de amigos, siempre lo recordaré gozando cada instante y con una sonrisa inolvidable junto a su queridísima esposa, Bárbara”

Alex Alazraki

Mauricio era un ejemplo de vida, siempre estando un paso adelante en todo lo que emprendió, supo vivir y disfrutar su vida al máximo”.

Raquel Bessudo

La familia Berger, después de celebrar su centenario en este nuestro México pierde al último patriarca fundador. Mauricio era un personaje insustituible, siempre sonriente, amable, con un gran sentido del humor; se te recordará con enorme cariño".

José Roquero de Teresa

Una persona siempre sonriente, muy inteligente, comprometido y de quien aprendí mucho. Deja un gran ejemplo a sus hijos y nietos, además de haber sido alguien tan importante en el mundo y a la vez tan sencillo”.

“La noticia me impactó mucho, ya que Mauricio fue un gran amigo para mí, un hombre lleno de amor, creativo, bondadoso y con un corazón inmenso. Que la eternidad acoja esa bella alma”.

BERGER: ALTA RELOJERÍA

Hace unos meses, Diego Boneta acompañó a Sergio y Ari Berger en un evento de relojería