A decir de sus seres queridos, Rodolfo Landeros Verdugo destacó por ser un gran guía para sus hijos, nietos y hermanos, así como un ejemplo de bondad y optimismo, aprendizajes que seguirán en sus corazones tras su sensible fallecimiento.
Rodolfo Landeros Verdugo nació en la Ciudad de México el 7 de diciembre de 1959, siendo el segundo hijo del matrimonio conformado por Rodolfo Landeros Gallegos, quien fuera Senador y Gobernador del Estado de Aguascalientes, y Azul Verdugo, quien también procreó a Adriana y Fernando.
Tributo a Azul Verdugo de Landeros
Sus más allegados afirman que Rodolfo Landeros Verdugo fue un niño lindo y travieso, y que se caracterizó por tener siempre muchos amigos.
Rodolfo Landeros Verdugo cursó sus estudios en el Instituto Cumbres, en la Texas A&M University, y en la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Siempre hubo una cercanía y empatía que duró toda la vida. De las grandes cualidades que tuvo Rodolfo es su gran calidad humana, optimismo, generosidad; fue un hombre muy bondadoso y un ser verdaderamente querido. Fue uno de mis sobrinos que más he querido, porque fui entre tío, padrino y confidente. Nunca lo voy a olvidar”.
CARLOS LANDEROS, tío de Rodolfo Landeros Verdugo
Rodolfo Landeros Verdugo disfrutaba mucho los deportes en general; en el futbol, eran fan del Real Madrid; seguidor de los Dallas Cowboys, en la NFL, y le encantaba ver los grand slams de tenis. La fotografía, la tecnología, el cine, la música, esquiar, viajar por el mundo y comer bien eran algunos de sus hobbies.
Rodolfo Landeros Verdugo estuvo casado con Lorena Rodríguez de la Serna, con quien tuvo a Rodolfo Landeros y a Sergio Landeros, en quienes inculcó grandes valores y su amor por los deportes.
Los últimos 12 años de su vida, Rodolfo Landeros Verdugo mantuvo una relación sentimental con Adriana Larregui.
Rodolfo Landeros Verdugo falleció el 24 de enero, dejando un gran legado de amor a sus hermanos, hijos, sus tres nietos: Ander, Sofía y Javier, así como uno más por venir, y en todo aquel con el que se cruzó en su camino. Descanse en paz.
De puño y letra
Papito amado… por fin vas a estar en paz.
Más que nunca, estoy orgulloso de ser tu hijo y de llamarte
papá. No tengo más que palabras de agradecimiento
y de amor hacia ti. Sé que serás muy apapachado
por Azul y ‘papá güero’.
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Aunque hayas cambiado de plano, tengo fe
en que siempre estarás siempre con nosotros, cuidándonos
y protegiéndonos, pero, la realidad es que te voy
a extrañar y mucho aquí.
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Gracias por todo lo que aprendí de estos años;
por inculcarme la pasión de lo amamos, que es la bendita
pelota; por todos esos momentos que hemos vivido
juntos, pero, sobre todo, por ser un extraordinario papá.
¡Te amo con todo mi corazón! Buen viaje, Rudolfinho.
Tu pollito”.
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Rodolfo Landeros, hijo de Rodolfo Landeros Verdugo