TRIBUTO
ELOY SANTIAGO VALLINA LAGÜERA
1937-2022

Fue el 26 de septiembre de 1937, en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, que nació Eloy Vallina Lagüera, hijo del fundador del Banco Comercial Mexicano, Eloy Vallina García, y de María Lagüera Zambrano, quien fue hija del vicecónsul José Pío Lagüera. 

Si bien sus papás eran de nacionalidad española, tanto él, quien fue el primogénito, como sus ocho hermanos: Jesús, Lidia, Consuelo, Margarita, José, María Luisa, Imelda y Alicia, nacieron en México, por lo que fue en este País donde cursó gran parte de su vida académica. 

Años más tarde, Eloy Vallina Lagüera continuó su educación en la Western Military Academy, en Alton, Illinois, y, posteriormente, regresó para estudiar en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Monterrey. 

Como experto en Finanzas, tuvo la oportunidad de trabajar para Chemical Bank, en Nueva York, de 1958 a 1960, y Bank of America, en San Francisco, California, de 1960 a 1962, a la par de su unión a la institución bancaria que encabezaba su papá, tras su muerte. 

Fue en 1971 cuando ocupó la presidencia del Consejo de Administración de Multibanco Comermex hasta 1982, cuando el Gobierno nacionalizó la banca.

Además de un extenso currículum dentro del rubro económico, Eloy Vallina Lagüera también estuvo involucrado en el área forestal de diversas empresas enfocadas en la extracción de madera para proveer a la planta más grande de pulpa en México, tableros de aglomerado, plantas de triplay, papel y cartón, entre muchas otras.

Mi esposo, Jesús, y Eloy eran inseparables. Desde chiquitos siempre estuvieron en la misma dinámica, cuando trabajaban juntos se apoyaban en todo, viajaban a reuniones en Estados Unidos y Europa, veían los problemas y sacaban adelante todo; además, disfrutaban de su vida en el rancho, cazaban juntos y andaban en moto”.

Mi padrino era una persona muy apasionada de la naturaleza y amante de la aviación. Cuando era más joven y yo tenía no más de 4 o 5 años, pasaba por mí en su Harley Davidson y nos íbamos al aeropuerto, tomábamos una de las avionetas que tenía de colección, sobrevolábamos la ciudad, parábamos en su rancho a comer y, ya por la tarde, regresábamos y me dejaba en mi casa por la noche. También nos invitaba a pasar tiempo en su yate en Canadá, me dejaba tomar el mando y capitaneaba en los canales canadienses, veíamos orcas y focas”.

Los hermanos Jesús y Eloy Vallina durante un homenaje a su papá, Eloy Vallina García
Don Eloy junto a su nieta, Paulina Vallina; su nuera, Pilar Miramontes; su hijo, Eloy Vallina Garza, y sus nietos, Eloy, Santiago, David y Eugenia

Fiesta en Chihuahua

Los Vallina celebran la vendimia de Hacienda Encinilla
SU PILAR
En agosto de 2018, Javier González, Lorena Vallina, María del Pilar Miramontes, Eloy Vallina Garza, Eloy Santiago Vallina Lagüera, Laura Pons, Zonia Vallina y Fernando Pérez Pría

A la vez que su trayectoria laboral iba creciendo, Eloy Vallina Lagüera poco a poco también se encargó de formar una familia y, con su primera esposa, Zonia Garza T., tuvo tres hijos: Eloy, Zonia y Lorena. 

Tras adquirir, en 1976, una vieja mansión en el centro de su ciudad natal, se dio a la tarea de reconstruirla y abrirla al público, primero, como centro cultural, y, posteriormente, como el restaurante La Casona, convirtiéndose en uno de los más icónicos del lugar. 

Además de ser un empresario incansable, Eloy Vallina Lagüera también participó de manera activa en la protección de la flora y fauna de su Estado; creó un refugio de vida silvestre que cuenta con una superficie de 12 mil hectáreas y que, hoy en día, alberga a animales como osos negros, pumas, lobos mexicanos, ciervos, bisontes y diversas variedades de venados. 

Fue integrante activo en diferentes fundaciones y patronatos de centros de educación media y superior de Chihuahua, como el Colegio Everest, la Alianza Francesa, el ITESM y la Escuela Eloy S. Vallina, entre muchas otras.

Asimismo, compró y reconstruyó, en 1993, la Hacienda Encinillas, un rancho de 1707 que fue destruido durante la Revolución de 1910. 

Este recinto es, actualmente, uno de los viñedos más grandes de la zona y productor de 11 diferentes etiquetas de vino. 

Este espacio vitivinícola se convirtió, además, en una casa de descanso, en la que disfrutaba pasar el tiempo con su segunda esposa, Laura Pons, además de sus hijos y sus 14 nietos, mientras disfrutaba de una de sus aficiones, la cosecha de la uva. 

Desafortunadamente, el pasado 14 de octubre, el empresario chihuahuense, Eloy Vallina Lagüera, de 85 años de edad sufrió una serie de complicaciones médicas tras ser sometido a una intervención quirúrgica de cadera, de la cual no despertó. 

Para despedirlo, su viuda, hijos, nietos y seres queridos acudieron a la Parroquia Maronita de San Charbel, en su ciudad natal, donde le dieron el último adiós y grandes mensajes de amor y cariño.

Eloy Vallina con sus nietas, Zonia, Eugenia y Paulina

Pasé a tu lado los mejores años de mi vida; tu recuerdo y tu amor estarán por siempre conmigo, abuelo”.

Hoy te me fuiste al cielo antes de lo esperado, pero quiero que sepas que siempre te voy a recordar como mi persona favorita. Gracias por todos los momentos de risas, bromas, tristezas, regaños y aprendizajes juntos. Me cuesta aceptarlo, pero sé que estás en un lugar mejor. Te amo con todo mi corazón, nunca me voy a olvidar de ti, fuiste y serás siempre el mejor abuelo del mundo”.

En septiembre, con su hija, Zonia Vallina, y sus nietos, Santiago y Bárbara Pérez Vallina

+ De puño y letra

“Papá ‘Ello’, hoy subes como un destello de luz al cielo, hoy te escribo con el corazón en proceso de sanar. 

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Estos 20 años conocí el cielo en la tierra gracias a todo el amor y cariño que recibí de tu parte, fuiste y eres la inspiración más grande de toda la familia, un mundo sin ti es un mundo el que yo nunca quise vivir, pero tendré que aprender a vivir en él. 

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En 20 años tuve la dicha de compartir este mundo contigo, fueron años llenos de risas, aventuras, chistes, bromas, muchas pláticas y vivencias eternas. Estoy segura que tu partida marca un antes y después en mi vida y en la vida de incontables personas. 

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Mi vida sin ti no va a ser la misma, pero prometo ser fuerte y seguir siempre. Nunca pensé que llegaría este momento, quisiera que hubieras sido eterno. Quiero decirte que aunque ya no estás físicamente, siempre estarás muy presente en mi día a día y, sobre todo, en mi mente y en mi corazón. 

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No tengo palabras para agradecerte todo lo que hiciste por nosotros y por hacer de esta familia una muy unida; agradezco cada uno de tus detalles, cariños, besos, mordidas de cachete y todas tus bromas, sobre todo, por enseñarnos a ser fuertes. 

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Estoy muy orgullosa de ti y de todo lo que hiciste, no sólo por tu familia, sino por muchas personas a tu alrededor. Eres la definición de lo que es amor, amor incondicional. Como te dije la última vez que nos vimos: ‘tenerte de abuelo es el regalo más grande que Dios me ha dado’.

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Nos vemos pronto, vuela alto papá Ello. Te amo para siempre mi angelito y te extrañaré toda mi vida. Por siempre tu danish girl”. 

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Bárbara Pérez, nieta