Acabo de mudarme, me independicé y ahora vivo en un departamento con una de mis mejores amigas, así que una HomePod mini está en la sala y otra en mi cuarto, por lo que mi roomie ya también aprendió a pedirle cosas y música a Siri a través de un “Oye, Siri”.
Comenzaré por contar el primer contacto con las bocinas. La verdad es que no es taaan intuitivo como pensé, pero tampoco es algo del otro mundo. Llega a complicarse la conexión si las cambias de ubicación (por ejemplo, si te mudas) porque al principio le cuesta trabajo a la app Casa, volver a vincularse con el dispositivo, pero después de ese proceso, todo resulta muy sencillo.
Al conectar el HomePod mini a la corriente eléctrica, automáticamente lo detecta el iPhone, por lo que todo ese proceso de emparejamimento te resultará familiar si eres un usuario de la marca.
La función que más disfruté fue la de compartir el mismo audio que suena en una HomePod mini, a todos los otros HomePod que podría haber en el hogar.
Pero, aunque sí es un dispositivo pensado únicamente para usuarios Apple, se puede transferir el sonido de videos de YouTube o música de Spotify a través de la conexión AirPlay, o con sólo acercar el iPhone a la bocina.