UNBOXING
En el interior de la sencilla caja de cartón que se abre desde un lateral, nos encontramos con el Motorola Defy que en su pantalla te da la bienvenida una calcomanía con las principales características del celular que es su resistencia al polvo, agua y caídas. También ofrece la documentación del fabricante, un cargador de 20W, cable USB tipo C y una correa de sujeción.
A detalle:
Motorola Defy
- Pantalla: IPS LCD de 6.5 pulgadas, con resolución HD+(1600 x 720).
- Protección: Corning Gorilla Glass Victus, certificación IP68 y estándar militar MIL SPEC 810H
- Procesador: Snapdragon 662.
- Memoria RAM: 4GB.
- Almacenamiento: 64GB, expandible hasta 512GB con tarjeta microSD.
- Cámara trasera: Sistema triple, con una cámara principal de 48MP, sensor macro de 2MP y sensor de profundidad de 2MP.
- Grabación de video con cámara trasera: 1080p a 30fps.
- Cámara frontal: 8MP.
- Grabación de video con cámara frontal: 1080p a 30fps.
- Batería: 5000 mAh con carga rápida de 20W.
- Conectividad: Bluetooth 5.0, NFC, jack de 3.5 mm, entrada USB tipo C y WiFi 2.4GHz, 5GHz .
- Seguridad: Sensor de huellas digitales en la parte trasera y reconocimiento facial.
- Sistema operativo: Android 10.
- Tamaño: 169.8 mm de alto, 78.2 mm de ancho y 10.9 mm de grosor.
- Peso: 232 gramos.
- Colores: Negro y verde.
- Precio: $8,000 en la tienda en línea de Motorola y tiendas Coppel.
LA EXPERIENCIA
Una tendencia que viene marcando el paso en la industria de la telefonía móvil de gama media y alta, es un empeño por entregar los mejores acabados y colores en los cuerpos; en algunos casos con extravagantes tonalidades iridiscentes que deslumbran en el momento que cae cierta luminosidad.
Motorola metió reversa al paso fashionista y se decantó por construir un teléfono con una armadura monstruosa, pero resistente. Así es Defy, un móvil que grita aguante y protección en cada lado, no por nada en la parte trasera tiene inscrita una leyenda que dice “a prueba de agua, polvo y caídas”.
Para evitar que se caiga de las manos, presenta en la parte trasera un relieve en forma de líneas diagonales, que en cierto punto, le dan un toque estético. Su diseño es irregular pero tiene una razón y es que en una esquina inferior presenta un orificio para introducir la correa de sujeción que viene incluida para no perder el dispositivo.
Una vez configurado, me percaté que el sensor de huellas digitales se encuentra en la parte trasera como en los teléfonos de generaciones anteriores. La sensibilidad y respuesta fueron buenas, aunque al estar muy cerca del módulo de cámaras llegué a confundirme al momento de acercar la huella.
En relación a los botones, también redondean las especificaciones de resistencia pues se sienten rígidos, aunque hubiera preferido que fueran más largos. Me imagino que si algún perfil profesional requiere usar el teléfono con guantes, le daría cierta ventaja.
Como es usual en Motorola, Defy incluye un cuarto botón, el cual puede programarse para asignar accesos directos o si alguna organización utiliza los servicios de Mototalk, la tecla servirá para comunicarse como un walkie talkie mediante la tecnología apretar para hablar (push-to-talk).
Evidentemente es un teléfono para llevarlo a exteriores y en entornos difíciles, de lo cual hablaremos más adelante, pero el punto aquí es que su pantalla no ofrece buen brillo en la intemperie. En el uso diario, tuve que subir la luminosidad al máximo para poder responder un mensaje o ver alguna notificación.
Lo que sí es remarcable en exteriores es el sonido que emerge de su única bocina, que en términos generales es buena, aunque si se lleva al tope habrá una ligera distorsión. Por ello, es recomendable escuchar audio hasta en un 80 por ciento de volumen.
En los terrenos del rendimiento sí hubo desafíos, pues su procesador no es del todo potente. Al chipset Snapdragon 662 le acompañan sólo 4GB de RAM; como resultado, algunas aplicaciones se cerraron de forma inesperada y también hubo momentos de lentitud. Por ejemplo, hubo inconsistencias al transicionar entre Google Maps, Spotify, WhatsApp y tomar una llamada por Bluetooth.
Por el lado de videojuegos, Defy es capaz de llevar una partida sin rezagos siempre y cuando se tenga activada la función Moto Gametime. Mis campos de prueba fueron títulos demandantes como Call of Duty Mobile, Free Fire Max y PUBG, aunque los gráficos se tuvieron que configurar de medios a bajos para una mejor fluidez.
Ahora hablemos de la batería. El teléfono repone su energía con una carga de una hora y 20 minutos y en mi experiencia, que requerí constantemente de aplicaciones de productividad, redes sociales y entretenimiento, la autonomía fue de aproximadamente 13 horas continuas.
El siguiente punto son las cámaras. Su sensor principal funciona de forma decente, siempre y cuando haya buena cantidad de luz. Las fotografías con el modo retrato, en donde se requiere el sensor de profundidad, también dieron buenos resultados, no así con el sensor macro pues carece de enfoque y definición al activar el obturador
Los entusiastas de la foto no estarán del todo satisfechos en espacios con poca luz, pues las imágenes con las cámaras traseras y la de selfie no fueron del todo claras. Los colores lucieron deslavados, además de que presentaron un toque granulado. No culpo a Motorola, pues este smartphone está enfocado al uso rudo, pero si tu labor profesional requiere documentar algo con imágenes, entonces sí podría ser algo a tomar en cuenta.
Finalmente, llegamos al punto más esperado y es el de las pruebas de resistencia. Sí resiste caídas, sí se puede sumergir en el agua y sí tolera grandes cantidades de polvo. Motorola hizo un trabajo de protección admirable, cuyo rasgo lo agradecerán personas con necesidades específicas de smartphones duraderos.
Fotos: Carlos F. Guevara
El fabricante estableció unos límites de resistencia y es que Defy no es eterno. Por ejemplo en las caídas, las esquinas sí presentaron abolladuras, así como en el borde que está junto al cristal de la pantalla.
Con los líquidos, Motorola recomienda limpiarlo bien si entra en contacto con agua de mar para evitar corrosiones salinas. En mi caso lo “castigué” con agua dulce y con tierra; para limpiarlo usé un paño y aire comprimido para expulsar algunos remanentes.
En el caso del polvo, Motorola nos envió una caja con arena de distintos tipos de sedimentos, unos muy finos y otros más gruesos. Hundimos el teléfono para notar si hubo irrupciones en orificios o fallas y no pasó nada, al mismo tiempo con las piedras probamos la firmeza del cristal de la pantalla, que después de la prueba quedó intacta.
Fotos tomadas con Motorola Defy
Fotos: Carlos F. Guevara
¡LO MEJOR!
Motorola Defy cumple con la promesa de ser un teléfono resistente, sus distintos grados de protección son su mayor logro. Como lo constatamos, estos beneficios son presumidos cada vez que giras el teléfono y ves la inscripción en la parte trasera.
Y con una buena optimización de aplicaciones desde el software, la formidable batería que supera el día de autonomía con uso regular, complementa la experiencia para tener un teléfono listo para llevarlo tanto a una construcción, como a un día de playa.
LO MENOS COOL...
La respuesta de las cámaras no fue del todo satisfactoria. Los recuerdos fotográficos de las vacaciones en la playa o el senderismo en las montañas, no serán del todo majestuosos.
A esto se suma la limitada capacidad de procesamiento y memoria RAM que frenará a los usuarios más exigentes.
Tampoco está cool que siendo un teléfono nuevo, aún presente Android 10 cuando tenemos asomándose a la vuelta de la esquina Android 12, con más funciones y una interfaz rediseñada.
LO QUE HIZO FALTA
En primer lugar, un paso extra de brillo en la pantalla. Si se lleva a los exteriores, una buena dotación de nits servirán a perfiles profesionales para revisar mejor sus notificaciones. También hace falta un impulso de intensidad luminosa al flash trasero, que quedó corto en medio de la oscuridad.
Además, falta una mejora en las cámaras y agregaría un sensor ultra gran angular para capturar paisajes más amplios.
CONCLUSIÓN
Con Motorola Defy recibiras un dispositivo de alta protección y con una garantía de que te durará por años, pues el fabricante promete actualizaciones al sistema operativo, aunque debes tomar en cuenta que no tiene un procesador y una memoria RAM tan potentes para exigirle la mayor cantidad de aplicaciones de trabajo remoto.
Y si también tienes la disposición de sacrificar un poco la calidad de las cámaras, en cambio obtendrás una batería duradera, suficiente para completar una jornada laboral satisfactoriamente, sin tener que llevar el cargador contigo.
Motorola Defy
$8,000 en Motorola y tiendas Coppel
Calificación 4/5 estrellas 🌟🌟🌟🌟
Negro y verde
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