Sin embargo, el modo de juego portátil sí es mucho más placentero con su pantalla OLED, que además de ser más amplia, tiene una mayor profundidad en los colores oscuros, mientras que el resto se muestra más vivo que nunca.
Esto se aprecia mucho mejor si desactivas la función de brillo automático del menú de configuración, pues a través de un sensor, la consola detecta las condiciones de iluminación del entorno y esto impide que muestre el pleno potencial de la nueva pantalla OLED.
Aunque la pantalla es más grande y ofrece un brillo mayor, su tecnología OLED le permite usar la energía de una manera optimizada, por lo que en términos de autonomía esta revisión no dista mucho del modelo 1.1 de Nintendo Switch, que recibió mejoras en su batería.
Dependerá del título, del brillo de la pantalla y de la potencia de audio, entre otros aspectos, pero la autonomía de Nintendo Switch OLED puede durar desde 4 horas y media, hasta 9 horas. Reponer su energía tardará cerca de 3 horas, cuando la consola se encuentra en reposo.