TRIBUTO

MARCELA ARREGUI GONZÁLEZ

Marcela Arregui González

Como una amante plena de la vida, comprometida con múltiples causas sociales y de un apego inamovible por su familia es la manera en que los seres queridos más cercanos y amigos mantienen en su memoria a Marcela Arregui González, luego de su sensible fallecimiento. 

Nacida en 1939, desde temprana edad fue una de las consentidas de su hogar, tanto por su jovialidad única como por su actitud servicial para con los demás. Llegado el momento de tomar decisiones al respecto del camino profesional a seguir, Marcela Arregui González optó por estudiar la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana y, en la segunda generación de tal carrera, entre 1961-1965. 

Posteriormente, tras egresar, ejerció en las áreas de publicidad, mercadotecnia y relaciones públicas, particularmente, para la creación de varios clubes deportivos.

Sin embargo, el paso de Marcela Arregui González por la institución académica que la formó no fue definitivo, ya que años después volvió no como alumna, sino para retribuir, por medio de acciones filantrópicas, distintos proyectos.

En su largo caminar de impacto social, encabezó diversas campañas que hicieron posible la edificación de los campus en Santa Fe de su alma máter, al igual que de la creación de la Prepa Ibero; además, fue directora del Patronato de la Universidad Iberoamericana, Fomento de Investigación y Cultura Superior, A.C., (FICSAC).

En 1993, la labor de Marcela Arregui González fue fundamental como fundadora de la entonces llamada AMPROFDI, para que ésta derivara en la actualmente conocida Asociación de Profesionales AFP, que dedica esfuerzos para al agrupar al gremio de los procuradores de fondos. 

En 2005, Marcela Arregui González con su nieta, Jimena Rodríguez, y sus amigos, Roberto Hernández y Claudia Madrazo, en la inauguración del proyecto musical Instrumenta Oaxaca
En 2003, Marcela Arregui González, junto a su esposo, Dan Aneiros, en la primera comunión de su nieta, Jimena Rodríguez
Álvaro Rodríguez

Mi admiración, porque nunca buscaste el reconocimiento y siempre estuviste agradecida con la vida”.

La quiero recordar como la señora de sombrero que disfrutaba una torta de frijol como nadie y que la vida vale la pena vivirla, con amor y carácter; gracias por tanto”.

MUJER SINIGUAL

En 2008, Dan Aneiros, Patricia Agraz, Marcela Arregui González y Bruno Newman en la apertura de Museo Textil de Oaxaca

Como parte de su legado, tuvo varios aportes al rubro cultural, pues como integrante del Patronato Pro-Universidad Veracruzana (UV) impulsó importantes proyectos que, en la actualidad, permanecen para beneficiar a la comunidad de tal institución. Igualmente, como integrante del Patronato del Museo Nacional de Arte, A.C., desempeñó una gran labor como promotora cultural mediante distintas iniciativas que se llevaron a cabo en tal recinto. 

Marcela Arregui González fue también una destacada y querida colaboradora de Grupo Financiero Banamex, así como consejera de la Fundación Mexicana para la Educación, la Tecnología y la Ciencia, en otro esfuerzo por coadyuvar en la educación superior en México. 

Junto al empresario Manuel Rodríguez Casanueva vio nacer a sus dos hijos, Manuel y Álvaro, a los cuales crío prácticamente por su cuenta, bajo una perspectiva de apoyo, amor, fortaleza y resiliencia. Más tarde, conoció al amor de su vida, Dan Aneiros, (q.e.p.d.), con quien se casó en 1992 y enviudó en 2020.

Sus nietos, Jimena y Santiago, hijos de Manuel, y Lucas y Mateo, hijos de Álvaro, fueron sus más grandes adoraciones, a los que consintió y procuró con su cercanía, afecto, regalos y grandes momentos, como lo fueron aquellas divertidas fiestas de Halloween que cada año les organizaba. 

Para sorpresa de algunos, quienes siempre se mantuvieron al centro de sus atenciones y cariño fueron sus nueras, Alicia Lebrija y Marcela Cortina, de quienes, incluso, llegó a decir que procuraba más que a sus propios hijos. 

De parte de la universidad que formó a Marcela Arregui González, y en respuesta a su entrega y fidelidad a los principios jesuitas, recientemente, fue acreedora al busto de San Ignacio durante un homenaje en vida en la Ibero. 

Sin embargo, más allá de las distinciones y cargos que ostentó, la filántropa Marcela Arregui González fue alguien querida y apreciada, ya que, con su actitud “luchona” y positividad ante las adversidades, supo dar un ejemplo para aquellos que la rodearon y acompañaron en su andar. 

Mujer de familia y llena de amor para compartir, falleció el 10 de diciembre, dejando tras de sí una cálida evidencia humana y una apasionante personalidad, las cuales trascienden en cada uno de los conoció. Descanse en paz. 

En 2015, Marcela Arregui González junto a su hijo, Manuel Rodríguez
En 2005, Marcela Arregui González con Aimée Labarrere de Servitje en una cena de recaudación de la Fundación Olga y Rufino Tamayo

Fue una persona admirable y encantadora, elegante y guapa; además de muy trabajadora y dispuesta a ayudar. La recordaré con admiración y cariño”.

En 2008, Marcela Arregui González con Bruno Newman felicitó a Greta Shelley por su cumpleaños

La recuerdo bailando ‘La Culebra’ al son del mariachi en la despedida que le hicimos a la Ibero vieja, en Zaragoza 84, y cómo olvidar a la Marcela generosa, dispuesta a apoyar. Su frescura, porte y belleza hacían gala de lo que ella era: toda una señora”.

Marcela Arregui fue una mujer ejemplar, adelantada de su época; significó, para mí, una gran mentora de vida. Siempre la llevaré en mi corazón”.