Alrededor de hace cuatro años, la diseñadora gráfica y su esposo, Jerónimo Grimaldi, salían del cine en una noche muy lluviosa, cuando de repente se cruzó “Jamón”, a quien por poco atropellan.
Cuando lo intentaron agarrar, él no se dejó e, inclusive, veían que tenía espuma en la boca, pero le echaron varias chamarras encima y lo subieron al coche. Después de una semana en su depa, ella se encariñó bastante con él y ahora va con ellos a todos lados.