Frecuentemente nos hacemos ideas de las sensaciones de manejo de un auto tomando únicamente en cuenta la hoja de especificaciones y su segmento. El Mazda 3 Turbo es un hatchback con un motor de cuatro cilindros turbocargados, con 227 caballos de fuerza, 310 lb-pie de par y tracción en las cuatro ruedas. Un hot-hatch en todos los sentidos que tiene todo lo necesario para ser un pocket rocket.

Esta configuración o similares, es común en México, y desde ya hace muchos años. Autos como el Golf GTI, el Focus ST y RS, el León Cupra y otros incluyendo el Mazdaspeed 3 pavimentaron el camino para la llegada de este coche. Sólo que Mazda decidió irse por otro camino.

Este no es el hot-hatch que se espera cuando se lee su hoja de especificaciones. No quiero decir que no sea rápido, lo es, pero no de la forma que se espera.

Lo primero que llama la atención es el motor, uno grande para el segmento: un 2.5 litros de desplazamiento cuando los desplazamientos más comunes son de sólo 2 litros. Este es un motor de alto par a bajas revoluciones, por lo que no necesita ir en la mitad ruidosa del tacómetro para moverse rápidamente.

Es también un motor que anda muy tranquilamente a bajas revoluciones. En pocas palabras, puedes ir al súper sin tener que lidiar con la personalidad de chihuahua en tachas que tienen otras opciones del segmento.

La tracción en las cuatro ruedas ayuda a mantener todo bajo control. Así, aunque se invoque la furia de 310 lb-pie estos llegan y sin aspaviento aceleran al vehículo a la velocidad deseada. Pareciera sin esfuerzo y definitivamente sin drama aunque con un ronco sonido del escape.

Sólo en situaciones fuera de lo común como arrancando en curva, mojado o una situación comprometida pudiera el auto alebrestarse un poco. En todos los demás escenarios sólo acelera. Arrancar patinando es casi imposible gracias a su tracción.

La suspensión es refinada. A mi juicio, es perfecta en el balance de deportividad y confort. Una diferencia adicional a otros hot hatch en donde una avenida con baches te deja tan golpeado que jurarías que los amortiguadores son marca Canelo.

En la dirección me parecería que Mazda se fue demasiado al lado de confort. Tiene buena relación en el sentido de que los movimientos son rápidos, pero con poca retroalimentación para el conductor.

Aunque en papel parecía que la propuesta de Mazda era una alternativa más a un segmento por demás divertido, en realidad Mazda tiene una propuesta diferente, más refinada y madura que la de sus competidores.

Es frecuente leer que un coche es más maduro que otro. Quizá esta analogía entre coches y personas puede ser un tanto ambigua, así que intentaré clarificarla.

Hay una edad en los niños que olvidan cómo caminar y es justamente cuando aprenden a correr. Cuando se dan cuenta que pueden desplazarse a altas velocidades, la opción de caminar sale del repertorio de sus habilidades. Así son la mayoría de los hot hatch.

Después, los niños maduran un poco más y se dan cuenta que pueden caminar sin perder la habilidad de correr a voluntad, así que caminan tranquilamente y aceleran cuando quieren.

Algo así es el Mazda 3 turbo.

Veredicto:

La propuesta de Mazda es mucho más madura y refinada respecto a sus competidores. Una apuesta que está orientada al confort, pero que cuando se le requiere, sabe cómo ser rapidísimo y divertido.

En un vistazo:

Mazda 3 hatchback Signature

  • Motor: 2.5 litros Turbo SKYACTIV-G
  • Potencia: 227 hp
  • Torque: 310 lb-pie
  • Desde: $490,900

Compite con:

Seat León FR

  • Motor: 1.4 litros Turbo
  • Potencia: 150 hp
  • Torque: 184 lb-pie
  • $497,900

Mercedes-Benz Clase A

  • Motor: 1.3 litros
  • Potencia: 163 hp
  • Torque: 184 lb-pie
  • $800,900