Destinada a los reflectores
Originaria de Los Ángeles, California, Rachel Meghan Markle nació el 4 de agosto de 1981 en la familia de Doria Loyce Ragland, trabajadora social e instructora de yoga, y Thomas Wayne Markle, director de fotografía.
Gracias a la labor de su padre, Meghan se interesó desde pequeña en el mundo de la actuación, pues hasta pasó gran parte de su niñez en el set de la serie Married… With Children, así que realizó diversos proyectos caseros de cine para la escuela.
Una de esas producciones que realizó en la universidad fue llevada por una de sus amigas a un mánager durante una fiesta, y así es como comenzó oficialmente su carrera al estrellato.
Meghan consiguió su primer papel en una producción de renombre en 2002, en un episodio de la telenovela Hospital General, y de ahí consiguió ofertas para otras producciones como Century City, Love, Knight Rider, CSI: NY, Castle, entre otras.
Pero la serie que le dio renombre internacional fue Suits, creada por Aaron Korsh para USA Network y que sigue a un grupo de abogados que resuelven complicados casos mientras lidian con sus dramas personales. Ahí interpretó a Rachel Zane desde el 2011 y hasta el 2018.
Aunque su carrera como actriz se detuvo con su matrimonio con el Príncipe Enrique, Meghan la retomó hace poco con proyectos con la actriz Oprah Winfrey y con Disney, para el cual dio voz a un documental estrenado en 2020.
Su historia de amor
Al contrario de lo que se piensa, el Príncipe Enrique no fue su primer gran romance, ya que estuvo casada con el productor de cine Trevor Engelson desde el 10 de septiembre del 2011 (tras haber iniciado su relación en el 2004), hasta que se separó de él dos años después por diferencias irreconciliables.
Enrique llegó a su vida algunos años después, presentados por una amiga en común, quien quiso que se conocieran en una cita a ciegas que dio paso a su relación en 2016; un año después, el 27 de noviembre del 2017, se anunció oficialmente su compromiso.
Las campanas de la Capilla de San Jorge, en Windsor, Inglaterra, sonaron el 19 de mayo del 2018 para festejar su boda en un evento televisado al que acudieron 2 mil 600 invitados, entre miembros de la realeza y estrellas de Hollywood, con un costo estimado de 40 millones de dólares.
Por su alianza con Enrique, Meghan pasó a recibir el título de Duquesa de Sussex y el tratamiento de Alteza Real, lo que dio pauta a que medios dedujeran que su relación con la familia real británica se había consolidado con éxito, hecho que fue desmentido tiempo después.
En octubre de ese mismo año se dio a conocer que Meghan y Enrique agrandarían su familia con la llegada de su primer hijo, quien nació el 6 de mayo del año siguiente con el nombre de Archie Harrison Mounbatten-Windsor… pero sin títulos nobiliarios.
La situación entre Meghan y la familia de su marido era tensa, como se supo después por la entrevista que ella dio a la presentadora Oprah Winfrey en marzo de este año, cuyo tema principal fue la salida de la pareja de la realeza para buscar su independencia.
Una Duquesa polémica
La separación de Meghan y Enrique de la familia real británica fue una especie de culmen a varios momentos controversiales protagonizados, principalmente, por la Duquesa; aquí mostramos algunos de ellos.
Dramas familiares: Los problemas entre Meghan y su padre previos a su boda dejaron una mancha que, hasta la fecha, sólo se ha hecho más grande: ella se molestó con él porque aparentemente buscó fama dando entrevistas a medios sobre los asuntos privados que ella le contaba; al final no acudió a la ceremonia por un problema de salud.
Batallas legales: Una carta que Meghan le envió a su padre en 2019 con información personal fue obtenida por el medio Mail on Sunday, el cual decidió publicarla sin su autorización. Ella levantó una demanda por violación a derechos de autor, la cual ganó en febrero pasado.
Oposición al protocolo: Meghan causó polémica en su tiempo como miembro de la realeza británica por no seguir los protocolos reales al pie de la letra, principalmente con su vestimenta en actos públicos, y por los actos de afecto que daba a su esposo ante la gente y las cámaras.
¿Abusiva? Hace unos meses salió a relucir que varios ex miembros del staff personal de Meghan hicieron acusaciones anónimas contra ella, señalándola de crear un ambiente abusivo y opresivo para ellos; la Duquesa exigió saber los nombres de sus acusantes, aunque ninguno de ellos ha decidido salir a la luz hasta ahora.
El 'Megxit' y la bomba de Oprah
Antes de que la pandemia de coronavirus causara estragos en la agenda de la familia real en el primer trimestre del 2020, Meghan y Enrique sorprendieron a la Reina y sus allegados al anunciar en Instagram su decisión de apartarse de ellos para vivir de forma independiente en Estados Unidos.
“Tenemos la intención de dar un paso atrás como miembros ‘senior’ de la familia real y trabajar para ser financieramente independientes, mientras continuamos apoyando plenamente a Su Majestad la Reina”, se lee en su mensaje.
“Planeamos equilibrar nuestro tiempo entre Reino Unido y América del Norte, continuando con el cumplimiento de nuestro deber hacia la Reina, la Mancomunidad de Naciones y nuestros patrocinios. Este balance geográfico nos permitirá criar a nuestro hijo con una apreciación a la tradición real, mientras le proveemos a nuestra familia con espacio para enfocarnos en su próximo capítulo“.
La separación, acuñada por medios y público general como “Megxit” (haciendo referencia al término “Brexit” que califica la salida de Reino Unido de la Unión Europea), no ocurrió de la forma pacífica prometida ya que la pareja no dividió su tiempo entre continentes y se alejó prácticamente por completo de la familia real, aunque gran parte de la culpa la tuvo la crisis sanitaria.
Lo que sí logró la aparente ruptura entre familias fue acrecentar el deseo de Meghan de contar su verdad en la entrevista que tanto ella como su marido ofrecieron a Oprah, de la cual destacó lo siguiente:
Sentimiento de opresión: Meghan dijo que nunca se sintió realmente libre con la familia real, ya que vivía bajo presión por tantos protocolos y prohibiciones a los cuales nunca se pudo acostumbrar.
“Cuando me uní a la familia, esa fue la última vez, hasta que nos marchamos, en que vi mi pasaporte, mi licencia de conducir, mis llaves… Todo hay que entregarlo”, indicó.
Pensamientos suicidas: Fue justo esa opresión y la aparente falta de apoyo de los miembros reales lo que hizo que Meghan se sintiera sola y tuviera deseos de terminar con su vida.
“Simplemente ya no quería seguir viva. Fue un pensamiento constante, real y aterrador”, comentó, y dijo que le dio pena mencionarlo a su marido por las pérdidas que ya había sufrido.
¿Racismo en la familia real? Meghan aseguró que una de las preocupaciones constantes de la familia real durante su embarazo no era por la salud de ella o de su pequeño, sino del tono de piel que tendría, ya que ella tiene ascendencia afroamericana.
“Nunca me sentí tan sola. En los últimos meses de mi embarazo me dijeron que nuestro hijo no iba a recibir seguridad. Como no le iban a dar el título de Príncipe, no le daban seguridad. Pero él necesitaba estar seguro.
“El primer miembro de la familia real de color no recibió un título. Y se dijo que fue nuestra decisión, pero no lo fue”, declaró.
Adiós al dinero: Con su salida, la familia real retiró prácticamente todo el apoyo financiero a la pareja, lo cual no era parte del plan inicial, según contó, por lo que decidió hacer acuerdos con empresas como Spotify, Disney y Netflix.
“Tenía que permitirme la seguridad para nosotros. Pero tengo lo que me dejó mi mamá y sin eso no habíamos podido hacer esto”, reveló Enrique.
¿Rivalidad entre cuñadas? Se abordaron también los rumores de que Meghan hizo llorar a su cuñada, la Duquesa Catalina Middleton, por unos vestidos florales que se usarían en su boda con Enrique, aunque ella indicó que ocurrió lo contrario, pero que, a pesar de ello, no le guardaba rencor.
“Se disculpó, me trajo flores y se responsabilizó por ello”, comentó, diciendo que sacó el tema para dejar en claro que todos en el Palacio de Buckingham sabían de lo ocurrido y nadie la defendió.
No todo lo que se dijo en esa entrevista fue negativo, ya que se confirmó que del segundo embarazo de la pareja nacería una niña, la cual llegó al mundo el pasado 4 de junio bajo el nombre de Lilibet Diana Mountbatten-Windsor, llamada así por el cariñoso apodo que le había dado a la Reina Isabel II de niña y por la fallecida madre de Enrique, la Princesa Diana.
Lo que no conocías
Meghan también tiene un lado que no ha sido tan resaltado por los tabloides como sus controversias y chismes, por lo que te mostramos aquí unos datos curiosos sobre ella que quizás no conocías.
Una mujer "foodie"
Meghan se considera a sí misma como una “foodie”, es decir, una total amante de la comida. De hecho, ese rasgo de su personalidad se lo heredó a su personaje de Suits.
Su pasión por los alimentos la llevó a crear un blog personal, The Tig, que fue considerado por ella misma como un foro para paladares gourmet.
Con ese proyecto, la Duquesa formó una comunidad de amigos de diferentes lados del mundo que compartían su amor por el buen comer, así como tips de moda, viajes, belleza y más.
Tiene dos especialidades
Otra de las grandes pasiones de Meghan es el estudio y el conocimiento, y es por ello que se formó no sólo como actriz sino también como una especie de politóloga.
Fue en 2003 que la Duquesa se graduó de la Escuela de Comunicación de Northwestern como licenciada con doble especialidad: Teatro y Relaciones Internacionales.
“Sabía que quería actuar, pero odiaba la idea de ser un cliché: una chica de Los Ángeles que decide ser actriz. Quería más que eso, y siempre me había gustado la política, así que terminé haciendo una doble especialización en teatro y relaciones internacionales”, comentó en entrevista a Marie Claire.
Defensora de causas sociales
Antes de sus labores caritativas conjuntas con su esposo en la asociación Archwell, Meghan ya había formado parte de varios grupos de defensa de derechos humanos.
Desde 2016 es embajadora activa de World Vision Canada, una iniciativa filantrópica que busca apoyar a campañas para llevar agua potable y educación a mujeres en comunidades de Ruanda e India.
También trabajó con las Naciones Unidas en su Entidad para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer en calidad de Defensora.