"El Baby’O dejó de ser un lugar
y se convirtió en una leyenda, un
punto de encuentro, un referente.
Todos tenemos una o muchas
historias vividas ahí, aventuras
y anécdotas. Desde llegar
y encontrarte con Azael en la
cadena, el momento de abrir pista
era mágico, el espacio a reventar,
las jarras de kamikaze, el baby
mango, las cuevas, la barra de la
muerte, así como Carlos Gardel,
‘Charlie’, el ‘Mamey’, ‘el Puma’,
son palabras y nombres que todos
conocemos y nos traen recuerdos
que nos sacan una sonrisa,
transportan a una vivencia
y unen a varias generaciones.
No cabe duda que Acapulco
no será lo mismo sin él”.