Después de los alimentos procesados, bebidas y tabaco, los servicios cada vez pesan más en la inflación general, y en enero pasado subieron sus precios 5.51 por ciento, la tasa anual más alta en 20 años, situación que alarma a analistas.
Mientras que el primer rubro contribuyó con 37.69 por ciento de la inflación general, los servicios tuvieron un peso de 24.03 por ciento, según datos de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Un año antes, la contribución de los servicios era de 21.78 por ciento.
Aunque la tasa de los servicios es menor a la de la inflación general, de 7.91 por ciento en enero de 2023, sus precios aumentaron por alzas acumuladas en otros rubros.
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"A medida que se consolide la reapertura en el sector servicios en el País tras el impacto negativo por el Covid-19, la inflación puede verse más presionada por un panorama más optimista para el crecimiento económico. Si a esto se suma el arrastre de la economía estadounidense, la situación podría ser más compleja".
Ricardo Aguilar, economista en jefe de Invex
Janneth Quiroz, subdirectora de Análisis de Monex Grupo Financiero, comentó que la inflación en servicios preocupa porque está más asociada a factores que tienen que ver con la economía local.
Dentro de los servicios, el componente de vivienda por sí sólo subió su precio 3.38 por ciento anual en enero pasado, el dato más elevado en 13 años y nueve meses. Este rubro, que incluye servicios como derechos por el suministro de agua, luz, servicio doméstico y renta, entre otros, aportó 6.12 por ciento de la inflación general, cuando el año previo contribuyó con 5.52 por ciento.
En general, en los servicios de la vivienda, la inflación fue de 6.65 por ciento anual, pero en derechos por el servicio de agua ya roza 9 por ciento, la tasa más alta en 12 años y un mes, pues en diciembre de 2010 fue de 12.77 por ciento.
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El componente de los servicios que muestra una mayor tasa de crecimiento es el que el Inegi denomina como “otros”, en los que se incluyen restaurantes, taquerías, negocios similares de comida y bebidas preparadas, entre otros, los cuales avanzaron 7.53 por ciento anual en enero pasado, su mayor incremento desde octubre de 2001.
En ese rubro de “otros”, destacan servicios que observaron aumentos de dos dígitos, liderados por transporte aéreo, con 19.97 por ciento a tasa anual, secundado por servicios turísticos en paquete, con 12.90 por ciento, así como loncherías, fondas y taquerías, con 12.31 por ciento, por citar algunos.
Para Jessica Roldán, economista en jefe de Finamex, el alza en servicios obedece principalmente a dos factores: el incremento de precios por la inflación de meses atrás y el aumento de 20 por ciento al salario mínimo vigente este año.
Por ejemplo, dijo, vivienda tuvo un repunte significativo relacionado con un aumento en el costo del servicio doméstico, que puede asociarse a revisiones a los sueldos que se pagan a quienes lo ofrecen.
"Todo esto hace que se corra el riesgo de que la inflación sea más persistente, que los negocios puedan ser más propensos a traspasar costos, porque la inflación es un tema que ha estado presente un largo tiempo".
Jessica Roldán, economista en jefe de Finamex
Felipe Hernández, economista para Latinoamérica de Bloomberg Economics, describió que los precios de muchos de los servicios se incrementan una vez al año y para ello se toma como referencia la inflación de un año atrás. Eso implica que, por ejemplo, si hay un servicio cuyo precio aumenta en el primer trimestre de cada año, en línea con la inflación del año anterior, ese servicio subiría 7.8 por ciento, que fue la tasa de 2022.
Asimismo, subrayó que hay servicios con mano de obra intensiva que pueden estar trasladando el aumento al salario mínimo de este año, como lo son restaurantes y hoteles, que a su vez han visto aumentar sus costos por alimentos más caros, mismos que han traslado a los clientes.
"Creemos con seguridad que la inflación va a disminuir, la pregunta es hasta qué nivel, ahí es donde el comportamiento de la inflación subyacente, en particular la de servicios, genera mayor incertidumbre e implica riesgos de que la inflación pueda mantenerse en niveles todavía bastante superiores a la meta de 3 por ciento del Banco de México (Banxico)".
Felipe Hernández, economista para Latinoamérica de Bloomberg Economics
Rafael de la Fuente, economista en jefe para América Latina de UBS, explicó que, contrario a la expectativa, lo que sucedió fue que los precios de los servicios sorprendieron al alza, y las mercancías, sobre todo alimentos procesados, aún no dan señales de empezar a caer.
Por ello, Banxico “dio un golpe sobre la mesa” para dejar clara su preocupación sobre la inflación, señaló. Sin embargo, estimó que en los siguientes meses existirá menor presión para la inflación, en parte por una desaceleración de la económica del País.