CONSIDERA LAS MICROMEDITACIONES

Lo primero que hay que saber es que uno se puede distraer una y otra vez. Eso puede hacer que surjan algunas opiniones negativas sobre el cerebro.

A todo el mundo le cuesta trabajo al principio, afirma David Austern, profesor adjunto de medicina clínica del Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York. Sin embargo, estos sentimientos de ser “malo” para meditar suelen ser más agudos en personas que padecen trastornos de atención.

Una herramienta para luchar contra los sentimientos de fracaso que surgen en la meditación es algo que los expertos llaman “meditación de la bondad amorosa”, que puede ayudar a que te perdones cuando la mente divaga.

Se trata de dar palabras de aliento a los demás y a ti mismo mientras meditas: “Que sea feliz, que sea saludable, que esté libre de sufrimiento, estas son algunas frases de la meditación clásica”, explicó Lidia Zylowska, profesora adjunta del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Minnesota.

Muchas aplicaciones suelen tener meditaciones de 10, 15 o hasta 30 minutos de duración. Tal vez eso sea demasiado para un principiante, en especial para aquellos con problemas de concentración, comentó Mitchell.

Harris y Jeff Warren, éste último maestro de meditación y coautor de Meditation for Fidgety Skeptics, tienen un lema que suelen decirles a los meditadores novatos: “Un minuto cuenta”.

“La vergüenza es un motivador horrendo”, comentó Harris. “Si vas a tratar de sentarte 30 minutos porque sientes que es lo que tienes que hacer, no vas a seguir con tu práctica”.

Agregó: “Si sientes que es una tortura, empieza por algo más llevadero”.

Comienza con tres a cinco minutos y ve aumentando el tiempo poco a poco, dijo Mitchell. Es una habilidad que implica un desarrollo y cuanto más medites, mejor lo harás.

LLÉVATE TU MEDITACIÓN CONTIGO

“No necesitas sentarte sobre un cojín para obtener los beneficios de la meditación”, señaló Warren.

Incorporar el movimiento permite que la gente libere energía, recomendó Mitchell. “Cuando la gente camina, involucra su cuerpo”, lo cual puede mejorar la capacidad de concentración.

Zylowska recomienda caminar en la naturaleza, incluso en medio de la naturaleza urbana, si existe esa opción.

“La naturaleza es un gran inductor de la conciencia en el momento presente”, dijo, y agregó que incluso observar a animales como los perros y las ardillas puede ayudar.

A Warren también le encantan actividades como el yoga y el tai chi, que le permiten mover el cuerpo, pero a un ritmo que le deje ser consciente de lo que está haciendo. O simplemente cuenta tus pasos o concéntrate en que tu respiración coincida con el ritmo de tus pasos, sugirió Mitchell.

Zylowska cree que muchos de sus pacientes no se dan cuenta de que es normal, incluso es algo previsto, tener problemas con la meditación y la atención plena.

Tener acceso a un profesional de la salud mental con formación en terapia cognitivo-conductual basada en la atención plena puede evitar que te sientas frustrado.

También puede ayudar acudir a un grupo de meditación o encontrar un aliado, esto con el fin de disfrutar de la meditación, lograr concentrarse y desarrollar mejor así la atención para los deberes apremiantes de la vida diaria.