EL ASALTO

El último paseo de Mío.

Evelyn y su amiga acordaron hacer un picnic el domingo 15 de enero en la cascada Bola de Oro en Coatepec, un pueblo mágico ubicado a 20 kilómetros de Xalapa, capital de Veracruz.

Eran alrededor de las 11:00 horas cuando fueron sorprendidas por la espalda por un hombre con un rifle aparentemente de caza.

Apuntándoles, les exigió a ambas sus pertenencias, sin embargo, pese a recibir lo que exigía, no se iba del lugar.

Evelyn soltó a su perro Mío en un intento por intimidar al ladrón: éste caminó con dirección al hombre armado, quien le disparó a la altura del lomo, provocándole la muerte de forma instantánea. 

En cuanto le dio el tiro cayó al suelo, me aventé al suelo con él y le dije que lo amaba y que se fuera y que no luchara, fueron 8 segundos que estuvo conmigo y murió. Lo cargué en mi hombro para salir del lugar".

EXIGEN JUSTICIA Y SEGURIDAD

Manifestación el 22 de enero en Coatepec.

“¡Mataron a Mío con un balazo que era para mí y nos robaron en bola de oro!”, esta fue la consigna con la que la dueña del husky asesinado encabezó una manifestación el pasado domingo 22 de enero en el centro de la ciudad.

Familiares y amigos de la joven le acompañaron para presionar a las autoridades municipales y estatales para mejorar la seguridad en los sitios turísticos de Coatepec y que la muerte de Mío no fuera en vano.

Al contar su pérdida, decenas de personas les comentaron que habían sido víctimas de robos en áreas destinadas al turismo y esparcimiento, entre ellos, el asalto a un par de turistas franceses que fueron lesionados con un machete.

Su denuncia fue presentada el 21 de enero, por lo que se abrió una carpeta de investigación, la cual no han recibido avances.

Coatepec no cuenta con Policía Turística, en los recorridos no hay seguridad y hay incidentes a cualquier hora del día, solicitamos que haya casetas de vigilancia, botones de emergencia y un cerco de seguridad, en especial para turistas, quienes pasan el trago amargo".

MÍO, EL HUSKY SIBERIANO

La mascota de Evelyn tenía 7 meses. Ella lo compró pensando en que la haría sentir más segura, pues suele hacer actividades al aire libre como correr.

En poco tiempo, el husky se adaptó a las rutinas de su dueña y disfrutaba de caminatas largas, senderismo y subir a los cerros.

Desde su llegada fue recibido por su familia y sus vecinos, quienes le tenían aprecio y protestaron tras su muerte.