De los títulos de 2025, Monster Hunter Wilds será una de las obras más entrañables y mencionadas por su monumental trabajo en distintos apartados, como el sistema de combate, la exploración tipo sandbox, la modalidad de caza en línea e incluso su campaña, que se siente más como un tutorial extenso.

Los periodistas veteranos en esta franquicia, que recién cumplió dos décadas de existencia, soltaron el mazo de la crítica al señalar que el juego perdió su esencia en su afán por atraer a nuevos cazadores. ¿Los sacrificios? Menor dificultad en los combates y mayor suavidad con el jugador.

Nuestra lectura es que este paso arriesgado funcionó, pues el reportero que escribe estas líneas es un novato en la saga, y tras jugar unas 15 horas, quiere explorar los otros juegos, sumergirse en el “lore” del pasado y empaparse de todo lo que se ha perdido. A continuación, nuestras impresiones del actual hijo pródigo de Capcom.

Monster Hunter Wilds se inserta en una historia genérica y bastante predecible, donde un temible monstruo con aspecto de dragón de hielo destruye un asentamiento humano; entre los supervivientes está Nata, un niño que, tras huir del desastre, es rescatado por un grupo de exploradores en Las Tierras Prometidas.

Ese es el hilo conductor que los jugadores deben seguir durante bastantes horas para conocer todas las mecánicas. Amé que la campaña funcionara como tutorial, porque te permite progresar a tu ritmo. No sabes la cantidad de horas que pasé cabalgando con mi Seikret, una especie de hipogrifo, o sea, una bestia con forma de caballo alado y cara de ave.

El objetivo es ayudar a Nata a descubrir qué pasó con sus padres, por lo que te unes a un escuadrón de reconocimiento liderado por Fabius, un tipo de aspecto vetusto que te suma a su equipo conformado por Alma, una administradora de misiones, y Gemma, una herrera que te ayudará a potenciar tus armas de vez en cuando.

Hay otros personajes que ayudan a conducir la historia, como Olivia, una guerrera enfundada en una armadura medieval, y Erik, un fanático de la botánica y la biología. Sin embargo, las dos primeras son fundamentales en toda la experiencia, ya sea para ir a misiones principales o secundarias, así como para cambiar de indumentaria y tipo de armas.

Es un ARPG en toda la extensión de la palabra. Este factor implica que dediques muchísimas horas a personalizar todo, incluso a un ayudante felino al que puedes nombrar como quieras y vestirlo como te dé la gana. Este “michi”, de aspecto antropomórfico, luce bonachón con sus ropas y te acompañará durante toda la aventura.

A grandes rasgos, esos son los ingredientes principales del manjar, pero hay muchos más que nos llevaría bastante tinta describir uno por uno. Así que, si tu pasión son los juegos donde puedes vivir una doble vida, este es el indicado. Dicho esto, pasemos a la experiencia de juego.

¡Qué abrumador es todo en Monster Hunter Wilds! Desde el menú de opciones, donde tienes un sinfín de alternativas para modificar los controles, hasta el acceder a la combinación de botones que debes hacer para ir a tus objetos.

Lo bueno es que el juego deja en pantalla las combinaciones necesarias para encontrar los ítems que cargas o los golpes que puedes ejecutar con tus armas. Afortunadamente, el movimiento en tercera persona, el cabalgar con la criatura, la cámara y, lo mejor de todo, el combate, se sienten fluidos.

Abatir, no matar. Los desarrolladores se aseguraron de cuidar la percepción del juego. Enfrentarse a monstruos en la campaña no parte de una necesidad sanguinaria y violenta. Aunque, admitámoslo: este tipo de juegos, donde te hacen soñar que eres una guerrera de aspecto amazónico lista para descabezar bestias, es una idea ganadora.

¿Cómo es “abatir” monstruos en Monster Hunter Wilds? Una verdadera DELICIA. Me encantó que cada criatura tiene su personalidad y está diseñada para que toda su narrativa encaje con lo que su aspecto transmite. Además, con el nuevo sistema de enfoque y detección de heridas, puedes acabar con ellas más rápido.

Por ejemplo, Lala Barina, un monstruo con forma de araña que, en el opistosoma (nombre técnico para definir su panzota), tiene un enorme ramo de flores rojas que, al agitarlo, desprende pequeños racimos letales. Aunque el acto luce muy bello, estás ante un enemigo en búsqueda de matarte. Aquí la clave es atacar por los laterales.

En otro momento me enfrenté con un Doshauma, un monstruo híbrido entre león y oso, que emplea tácticas de ataque cuerpo a cuerpo bastante poderosas. Pero cuando está suficientemente herido, huye, algo que no esperaba en el momento más intenso de la batalla.

No queremos llenar esto de spoilers sobre los monstruos y sus habilidades, solo dar una muestra de que cada descubrimiento genera emoción combinada con ansiedad, ya que no sabes cómo te atacarán o qué arma funcionará mejor.

Para cerrar este repaso, tienes a tu disposición 16 armas, un catálogo con el que puedes perfeccionar tu estilo de pelea o experimentar con otros. En mi caso, usé como principal un híbrido entre espada y hacha, además de un arco.

Por último, sentí que le falta más desafío y mayor epicidad al diseño de los monstruos. Coincido con los veteranos: se siente muy sencillo y no aporta una dificultad que me haga sudar o sentir dolor en los dedos por tantos combos ejercidos. Espero que algún día hagan un Monster Hunter con criaturas del tamaño de las que se ven en Shadow of the Colossus.

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