Es punto de las 5:00 de la madrugada que Celia prende su horno sobre la Avenida La Paz, luego de mudarse de su antiguo domicilio en Juan Manuel. Hornea una decena de recetas que reinventa todos los días, nutriéndose de monchosas creaciones de San Francisco y Francia, ingredientes regionales como el tequila añejo, las natas de Atotonilco El Alto o la guayaba, y literalmente de sus antojos, tal como ha hecho desde que inició la pandemia.
“Abrí un día antes de pandemia en el antiguo domicilio, el viernes 13 de marzo del 2020, y en la tarde el Gobernador confirmó los primeros dos casos de Covid-19 en Jalisco. No sabía qué hacer, todo estaba cerrado y fue impactante ver que zonas concurridas como Chapultepec estaban muertas”, recuerda Celia.
Fue hasta cinco meses después que los chocolatines, croissants de almendra, cruffin de tiramisú, galletas de chocolate, roles de plátano y pay de chocolate que la tapatía horneaba diariamente comenzaron a venderse en línea y lograron agotarse durante la primera semana.
“Cerré Panitier y dejé el colchón de dinero que me quedaba para pagar la renta del local. Reabrí hasta agosto con mucha vergüenza por haber abierto solo un día, pero toda la semana tuvimos sold out en línea. Fue extraño porque nadie fue a la tienda, todo se vendió en línea, pero no conocía a mis clientes”, agrega.