La escena en la que María y José admiran a su hijo recién nacido, Jesús, ha sido inspiración para numerosos artistas.

La mayoría están en museos, pero también hay otras que se han convertido en leyenda.

“Natividad con San Francisco y San Lorenzo”, de Caravaggio

— Destino desconocido

Entre las obras clásicas que representan el nacimiento de Jesús, la de Caravaggio es casi una leyenda: fue robada de un oratorio italiano en 1969 por la mafia siciliana, y sigue desaparecida.

Titulada “Natividad con San Francisco y San Lorenzo”, el lienzo de 2.68 por 1.97 metros fue pintado en 1609 por el artista originario de Milán. Su sede era el Oratorio de San Lorenzo, en Palermo.

Pero hace cinco décadas, entre el 17 y el 18 de octubre de 1969, dos sujetos integrantes de la Cosa Nostra ingresaron al recinto religioso y arrancaron el lienzo con una navaja, dejando solo su marco.

En la página del FBI, la obra está enlistada entre los 10 crímenes de arte sin resolver; su valor es de 20 millones de dólares. La obra también es buscada por la policía italiana y la Interpol.

Su destino es un misterio.

“Adoração dos Reis Magos” (1501-6), de Vasco Fernandes

— Museu Nacional Grão Vasco, Portugal

El artista portugués retrató en este lienzo a Baltazar como un indio brasileño de la etnia tupi-guaraní. Es la primera obra del arte occidental que representa a un indio, dice el sitio del museo.
 
“Si bien el artista nunca estuvo en América, la necesidad de incluir a un personaje americano es algo remarcable”, destacó Nínive Vargas, estudiante de la maestría en Historia del Arte, en Columbia University. “Refuerza la idea de la adoración como un punto de encuentro cultural”.

“Adoración de los pastores” (1612-1614), de El Greco

— Museo Nacional del Prado, España

En un ambiente nocturno, El Greco plasma al Niño Jesús que ilumina la escena con María, José y los pastores. Fue de las últimas obras del pintor italiano previo a su fallecimiento en Toledo, en 1614.

 “Es una luz totalmente artificial, inventada, y parece real. Están las formas alargadas del manierismo, casi expresionistas”, indicó Chiappini.

 
Nacimiento, siglo 18, autor anónimo, de Guatemala

— Metropolitan Museum Of Art, Estados Unidos

La Nueva España y Nápoles eran los sitios más importantes de producción de nacimientos escultóricos para el Imperio Español, señala Vargas.
 
La del museo neoyorquino fue elaborado con madera policromada, vidrio y plata.
 
“Si vas por el mundo, sólo en Italia y México verás este énfasis en la representación tridimensional de la escena, que nos habla de la perduración de esta tradición colonial”, ahonda Vargas.

“The Nativity”, de Petrus Christus

— National Gallery of Art de Washington, Estados Unidos

El arco gótico que enmarca a este nacimiento distingue a esta escena de la pintura flamenca. En las columnas pueden verse las figuras de Adán y Eva.
 
Curiosamente, detrás se encuentra la cabaña casi en ruinas, y el Niño Jesús está acostado en el suelo, sobre el manto azul de María.
 
“Es un paisaje ideal al mismo tiempo real”, resalta Chiappini. “Hay renuncia de proporciones, pero sí profundidad. Un ambiente sencillo, doméstico”.

“Natividad mística” (1501), de Sandro Botticelli

— National Gallery de Londres

Rodeado de 20 ángeles, 12 de ellos formando un círculo en el cielo, la pintura del renacentista es un encuentro entre lo divino y lo terrenal.
 
“Inclusive fue la última de Botticelli, cuando él se reduce a la pobreza. Es llamada mística en referencia al Juicio universal. Pero menos trágico”.
 
De acuerdo con la inscripción en la parte superior, Botticelli refiere a problemas políticos de Italia, como la invasión de los franceses a finales del siglo 15.