La Navidad, ha. 1160-1170.

Mosaico / Autor anónimo
Capilla Palatina, Palermo, Italia

Una de las muchas escenas de los impactantes mosaicos de la Capilla Palatina de Palermo es esta Navidad.

Al centro, la Virgen recostada sobre un camastro blanco a la entrada de una gruta abraza al niño envuelto, quien lleva su aureola con cruz y descansa sobre un elegante pesebre.

Un toro y un equino miran al niño y un ángel enseña el prodigio divino a los pastores, quienes llegan presurosos a entregar sus ofrendas.

Abajo, otra escena exhibe el baño del niño y de lado izquierdo, apacible y pensativo, San José está sentado en una original silla de recuadros.

En la parte superior y al centro, la estrella de Belén ilumina hacia el pesebre; del lado izquierdo en ascendente cabalgata vienen los tres Reyes de Oriente (por cierto uno de ellos aún sin la representación como de origen africano) acompañados por ángeles, y del lado derecho un ser celestial con báculo les señala el camino a los monarcas.

Una banda con letras negras y fondo blanco dice en latín: STELLA PARIT SOLEM ROSA FLOREM FORMA DECOREM (Una estrella parió al sol, una rosa a una flor, la forma a la belleza).

El trabajo realizado en mosaicos por maestros griegos refleja la influencia bizantina, claramente expuesta en el rostro de la Virgen. La extraordinaria superposición de escenas nos permite dar lectura al Nacimiento, al baño del Redentor, a la devoción pastoral y a la llegada de los Magos de lejanas tierras.

La combinación de tenues colores ofrecen la sensación de misticismo sin restar emoción al acontecimiento con la posturas móviles de algunos de los personajes, como los pastores, de una de las mujeres en el baño del recién nacido y de los reyes en su travesía.