La mejor protección, dicen médicos y funcionarios de salud pública, es la vacunación. Pero eso no ayuda directamente a los niños menores de 12 años, que no son elegibles para la inoculación.

Regreso a clases

Los padres de familia deben sopesar los riesgos y beneficios de las actividades de otoño, desde la asistencia presencial a la escuela hasta los deportes, las reuniones de juego y las fiestas infantiles.

La mayoría ya conoce los conceptos básicos: los cubrebocas reducen la transmisión y estar al aire libre es más seguro que estar en interiores

Más allá de eso, los médicos sugieren algunos principios para guiar la toma de decisiones este otoño. Dé prioridad a sus actividades más importantes, dicen, y omita otras. Dentro de sus actividades seleccionadas, busque formas de reducir el riesgo.

 

“Casi nada en este momento es de cero riesgo”, dice Leana Wen, doctora de emergencias y profesora de salud pública en la Universidad George Washington, en Washington, DC.

Los niños, incluyendo a los adolescentes, representan una pequeña proporción de todas las hospitalizaciones por Covid-19 (entre el 1.6% y el 3.5% del total entre los estados de EU que reportan datos), señala la Academia Estadounidense de Pediatría (AEP).

El número de casos de Covid-19 en niños ha aumentado de manera sostenida desde principios de julio, reporta la AEP. Hubo un aumento del 5% en el número de casos infantiles entre el 29 de julio y el 12 de agosto.

Los funcionarios de salud pública generalmente coinciden en que la escuela es el riesgo que más vale la pena correr para los niños.

Si la escuela de sus hijos no exige cubrebocas, aún puede reducir el riesgo haciendo que sus hijos lo usen. Los médicos sugieren utilizar un cubrebocas de alta calidad, como una mascarilla quirúrgica de tres capas, una N95, una KN95 o una KF94.

Los padres también necesitan tratar de controlar su propio miedo y ansiedad respecto a Delta, dice Lucy McBride, doctora de atención primaria en Washington, D.C.

“Tenemos que reconocer el daño que representa el miedo desenfrenado para nuestra salud física y mental y hacer todo lo posible como padres para ser modelos de calma”, dice, “los niños también sienten nuestro estrés”.

Es importante equilibrar la reducción de peligros para los niños con los riesgos de salud mental que se derivan del aislamiento social, señala.

“Impedir que los niños vean a sus amigos también tiene riesgos y hace daño”, dice McBride, “su salud mental es importante”.