El abuso de Nina inicia con la violación, pero no termina ahí.
Hay toda una red de protección y complicidad entre amigos, compañeros y autoridades educativas, quienes en vez de protegerla a ella, lo encubren a él.
“No sólo estamos hablando del agresor, quien ejerció directamente el acto”, dice Lozano.
“Sino todos estos compañeros hombres que fueron testigos del hecho, que no decidieron detenerlo ni tampoco señalarlo, sino que lo permitieron, no hicieron nada y que incluso seguían encubriéndose años después”.
Conocido como pacto patriarcal, este sistema permite que las actitudes violentas ocurran en la sociedad, no se castiguen y se sigan reproduciendo.
“Los lazos que vemos que se forman en este círculo protector de hombres no nacieron así”, indica Vanessa Jiménez, integrante de Voces en Acción, que acompaña a mujeres víctimas de violencia en su proceso psicológico y de denuncia.