Realizada por los arquitectos californianos Ronald Rael y Virginia San Fratello, así como la colaboración del colectivo de artistas Colectivo Chopeke, la pieza fue instalada en julio de 2019.
El proyecto consiste en tres sube y baja de color roza encajados en los huecos del muro fronterizo que separa a ambos países, permitiendo que niños de El Paso, Texas, y la comunidad de Anapra en Juárez, jueguen juntos.