Su nombre es símbolo del patriotismo que mostraron los regios, en especial las mujeres, durante los cruentos combates durante la Batalla de Monterrey de 1846 contra los invasores de Estados Unidos: María Josefa Zozaya.
La viuda y madre de familia llevó municiones y alentó a los soldados nacionales cuando combatían contra los extranjeros a sólo metros de su hogar, que se ubicaba frente a la actual Plaza Zaragoza. Ella estuvo en la última línea de defensa.
Su participación la reconocieron ambos bandos: “Noble matrona, personificación hermosa de la Patria misma”, dijo de ella Guillermo Prieto, cronista de la batalla, y “Bello ideal del heroísmo”, escribió un periodista de país vecino.
Sobre su vida tras el conflicto se conocen pocos datos, los que arrojan algunas anotaciones en archivos históricos.