
TIPS BÁSICOS
- Hidratarse (¡sí, con agua!) cada 30 minutos si estás en el exterior o en un lugar caliente.
- Ofrecer a los niños abundante agua durante el día.
- Usar ropa ligera y de colores claros.
- Evitar una exposición prolongada bajo el sol. Evitar los esfuerzos físicos o actividades deportivas exigentes.
- Ante cualquier malestar, frenar actividades y pedir auxilio.
- No consumir bebidas con cafeína, con alto contenido en azúcar o alcohol.
- Permanecer en lugares ventilados y frescos.
- Mantener a niños, adultos mayores y personas más vulnerables en lugares bien ventilados cuando la temperatura es muy elevada. Nunca dejarlos dentro de un vehículo estacionado y cerrado.
- Sentarse y descansar en lugares frescos o sombreados cuando se sienta fatiga.
SENCILLAMENTE, AGUA
La Academia Americana de Pediatría ha marcado un “no” al consumo de bebidas deportivas y energizantes para niños y adolescentes que sólo buscan hidratarse tras realizar ejercicio, ya que éstas contienen grandes cantidades de cafeína y estimulantes.
La opción saludable para los menores es sencilla: tomar agua. Si el niño empieza a tener síntomas de deshidratación, como calambres, se recomienda suero o bebidas con electrolitos.