Volare se ubica en San Francisco, en el municipio de Santiago.

Héctor Carrizosa fue un artista incansable.

I. UN ESPACIO MÁGICO

Michelle siente que su papá y su hermano están presentes: dice que ellos han acomodado las piezas para que todo marche.

El nombre de Volare viene por la canción del mismo nombre del cantautor italiano Domenico Modugno.

David era cineasta, pasión que combinaba con el senderismo y la academia.

“Uno de los últimos viajes que mi hermano hizo con su familia fue al pueblo de Domenico Modugno, en Italia”, dice Michelle.

“Y hay una estatua de este compositor con los brazos abiertos y sale mi hermano con los brazos abiertos como salía en todas sus fotos, así que fue una señal: se tenía que llamar Volare”.

Héctor Carrizosa fue un pintor, escultor y dibujante incansable, siempre comprometido con compartir su arte.

En este recinto están exhibidas más de 100 obras y alistan un área para impartir talleres y una heladería artesanal.

Algunas obras cuentan con realidad aumentada, una tecnología que fusiona la imagen física con elementos virtuales, ofreciendo una experiencia inmersiva.

Michelle, egresada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL, ha sido maestra bilingüe durante 20 años.

Dirige un taller de arte infantil y de acuarela para adultos, y guía los recorridos por el museo.

En este lugar vive ella con su esposo, así como su mamá, la también pintora y arquitecta María Elena Rodríguez Martínez.

“Es un espacio mágico, donde la gente viene a apreciar, a disfrutar o viene a sanar algo”, comenta Michelle. “Queremos que la gente venga, que disfrute y que se lleve un cambio en su vida”.

De hecho, el logotipo del espacio es una mariposa Monarca, porque el significado del lugar es “transformación”.

Michelle Carrizosa.

II. DESDE EL CORAZÓN

Su papá siempre le decía que el arte no debe entenderse, sino sentirse. Visitar Volare es conocer la historia y el pensamiento de un hombre que nunca claudicó en seguir sus sueños.

“Es una historia llena de obstáculos y llena de perseverancia. Es la obra de una persona que nunca se dio por vencido, una persona a la que sí se le abrieron muchas puertas, pero también se le cerraban otras”, cuenta Michelle.

En el 2020, cuando su vida fue narrada en Perfiles e Historias, dijo que empezó a trazar al Quijote a los 24 años y, con el tiempo, se percató de que no había diferencias entre ambos por su perfil optimista, soñador y lleno de retos.

“Fue una persona a la que no le importó que le dijeran ‘pintamonas’, que no le importó que le dijeran que se iba a morir de hambre”, recuerda Michelle.

“La verdad es que mi papá luchó muchísimo por su sueño, lo logró y éste es un vivo ejemplo de que cuando las cosas las haces con corazón, cuando las cosas las haces con toda la intención de compartir y de que los demás estén bien, las cosas salen. Lo demás viene por añadidura”.

Y así es como la vida de este soñador sigue iluminando la vida de muchos.

“Es quitarnos las ideas de que tenemos que tener muchísimo dinero para poder lograr algo. Este espacio es para aterrizar, para decir: estás aquí, estás ahora… ¿Qué podemos hacer con lo que tengamos?”.

El espacio ofrece actividades artísticas para chicos y grandes.

PARA ‘ATERRIZAR’ EN VOLARE

Abierto fines de semana
Entrada con cooperación voluntaria. Se requiere cita al 81-1061-1110
Ubicación: Zuazua 100, Comunidad San Francisco, Santiago, NL