Una, dos, tres copas a la semana, ¿son pocas, muchas?
¿Cuándo se pasa del consumo moderado al excesivo o a la adicción?
Quizá la respuesta sea, aunque a muchos no les guste, la más natural: puede haber un consumo de alcohol responsable, más nunca saludable.
Omar Kawas, psiquiatra e integrante del Consejo de Atención en Contra de las Adicciones de Monterrey dice que lo que se debe tomar en cuenta para determinar cuándo se cruza la línea son las afectaciones a la conducta.
“(Es excesivo) cuando tu consumo hace que tu conducta habitual cambie y te meta en cualquier tipo de problema social, laboral, familiar o de autocuidado, y legal, por supuesto.
“O cuando dices: ‘Yo no consumo mucho’, pero en realidad no puedo dejar de consumir, si la persona no puede evitar decir que no, o si no lo tiene a la mano en ese momento y se pone ansioso”.
De hecho, para causar daños en hígado, además de influir en un aumento de peso, diabetes, colesterol y triglicéridos altos, e hipertensión, no es necesaria la intoxicación por alcohol.
El consumo constante y prolongado también puede generar complicaciones, advierte el cardiólogo Luis Eduardo González.
“En algún momento se llegó a decir: ‘Una copa de vino al día es buena para el corazón’. Hoy sabemos que no”, afirma.
“A partir de 14 gramos de alcohol al día estás superando tu sistema para procesar alcohol. Entonces, ¿una cerveza al día es recomendable? No”.
En 2021 un estudio indicó que el consumo de 14 gramos de alcohol constante, lo que equivale a un caballito de tequila, media copa de vino o una cerveza, incrementa el ritmo de fibrilación auricular nocturna, arritmia que puede provocar coágulos de sangre en el corazón.
Estos coágulos aumentan el riesgo de accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones relacionadas con el corazón.
“Y de repente tenemos pacientes de 50 años, que tienen una embolia del cerebro y no saben cuál es la causa, los analizamos y están haciendo fibrilación auricular por consumo de alcohol”.