BIBLIOTECA CENTRAL DEL ESTADO / MONTERREY

Rezago tecnológico y filtraciones

Que sea la más grande y la única bajo supervisión del Estado no evita que la Biblioteca Central “Fray Servando Teresa de Mier” padezca del paso del tiempo y del olvido tecnológico.
 
Para sacar un libro en préstamo, el visitante debe de llenar a mano un formulario de papel marquilla, que deberá entregar personalmente al recepcionista de la biblioteca.
 
Si no los tiene a la mano tendrá que darse una segunda vuelta porque el formulario no está en línea.
 
“¿Por qué no se hace online?”, se le pregunta a la encargada Sol Cárdenas, también coordinadora de la Red de Bibliotecas Públicas en el Estado.
 
“Nuestro sistema de la Red Nacional de Bibliotecas aún nos lo marca así, que sea con tarjeta física”, explica la bibliotecaria, quien tiene su oficina de la Red desde este recinto.
 
“Los servicios que damos están basados en cómo es en todo el País y a veces los estados del Centro y Sur no tendrían también las facilidades de tener computadora y celulares para QRs”.
 
La Fray Servando cuentan con una sala con tres televisores analógicos y videocaseteras para que los espectadores vean cualquier título de la colección de la Biblioteca en formatos VHS y DVD.
 
El auditorio y el techo de la sala general, en el segundo piso, están siendo remodeladas desde enero. Además, hubo filtraciones de agua que mojaron algunos libros, y la señalética ya es vieja.

La Biblioteca Central cuenta con 60 mil libros en su acervo: 5 mil de éstos son infantiles y mil pertenecen al Fondo Editorial de Nuevo León.

BIBLIOTECA FELIPE GUERRA CASTRO / MONTERREY

Funciona una computadora... de ocho

Lo que intentan las encargadas de la Biblioteca Felipe Guerra Castro es convertirla en un espacio cultural notable en plena avenida Juárez, en el Centro de Monterrey.
 
“No se le conoce tanto o no es tan famosa como podría serlo, a lo mejor por fuera queda un poquito escondida, desaparece a la vista entre tantos comerciales y tantas tiendas de ropa.
 
“Lo primero (era) retomar el tema cultural, abrirlo a la ciudadanía, invitar autores y creadores que puedan venir a compartir con la ciudadanía lo que pueden hacer”, indica
Ana Villegas, encargada de Innovación de Contenido en las Bibliotecas Públicas de Monterrey, cuya oficina está en la biblioteca.
 
Al recinto también se le conoce como La Ciudadela en memoria de la Batalla de Monterrey. Hace unos ocho años, parte del exterior se cayó y tuvieron que remodelarlo.
 
Desde ahí se supervisan las 54 bibliotecas abiertas del Municipio de Monterrey, por lo que también suele servir como bodega de material en desuso, que guardan en la parte trasera del primer piso.
 
El personal de Innovación facilita el internet en la única computadora disponible de las ocho que hay en la sala de cómputo, ya que la biblioteca no cuenta con este servicio desde antes de la pandemia. Además, una parte de la pared del primer piso está dañada.
 
En total, hay 14 mil libros para uso del público. Recientemente se recibieron 500 libros donados por la Casa Universitaria del Libro y 172 de la Red.

BIBLIOTECA PRESBÍTERO PEDRO GARZA CANTÚ / GARCÍA

Con goteras... desde el Huracán Gilberto

La Biblioteca Presbítero Pedro Garza Cantú, en García, fue inaugurada en 1986, hace ya 37 años. Dos años después, con la llegada del huracán Gilberto, se descubrió su problema: se filtra humedad en todas sus salas.   
 
Aunque en la pasada administración municipal de César Valdés se impermeabilizó el techo, poco ha servido, ya que esta situación sigue sin arreglarse de raíz, señala la encargada Blanca Garza, trabajadora del lugar desde su inauguración.
 
En la sala de lectura infantil se desprendió la pintura blanca de una parte de la pared y, en el área de cómputo, incluso hay moho en las esquinas de la sala.
 
La bibliotecaria- la única que quedó de tres tras un recorte presupuestal- coloca botes de basura debajo de las goteras de la sala general.
 
Aunque los visitantes son niños y jóvenes, en su mayoría estudiantes de escuelas como la Prepa 19 de la UANL, el Instituto Juventud y los colegios Villa Sésamo y Capellanía, no hay computadoras disponibles para que realicen su tarea.
 
“Tuvimos un módulo digitalizado y no se le dio mantenimiento, van quedando obsoletas y ya no se dotó de equipo”, cuenta Blanca, quien tiene que compartir la clave de internet a los visitantes.
 
Una de esas computadoras fue donada por el Club Rotarios.
 
La que fuera la primera biblioteca en García, en una plazoleta del Centro de la ciudad, tiene una infraestructura vieja que corresponde a la década de su apertura.
 
En total, el acervo consta de 13 mil 800 textos, 172 de ellos recibidos el año pasado.

BIBLIOTECA LAURA YOLANDA SALAZAR DE RAMÍREZ / SANTIAGO

Invadida por burócratas

Aunque la Biblioteca Pública Municipal “Laura Yolanda Salazar de Ramírez”, en Santiago, fue la primera biblioteca modelo del Estado, de ese intento poco queda.
 
Inaugurada en 2013, la biblioteca pertenecía a una iniciativa del Conaculta (ahora Secretaría de Cultura), en la que se ofrecía un mobiliario moderno y cómodo, incluso con salas de braille para los invidentes, y un acervo de hasta 2 mil libros.
 
En la página oficial de la Secretaría -actualizada el 7 de enero del 2022- se indica que esta Biblioteca debe contar con un auditorio, bebeteca (para niños de 0 a 6 años), sala de consulta, sala general y una sala para invidentes.
 
Dos de las salas están ocupadas por Planeación del Gobierno de Santiago, desde mayo pasado, indica Cecilia Guerra, encargada del recinto.
 
Tampoco cuenta con lector para registro de libros en préstamo, por lo que las dos empleadas tienen que anotar de manera manual la información de los textos.
 
En la sala de consulta hay ocho cubículos, pero sólo dos computadoras, de las cuales una funciona.
 
La sala de usos múltiples -el auditorio- recibe a estudiantes de la Prepa 20 UANL, de secundaria, primaria y kínder, como el Jardín de Niños Amado Nervo. También se proyectan películas.
 
“Nosotros trabajamos, hacemos todo lo que está en nuestras manos. De hecho, con todo eso (señala unas manualidades) me gasté 300 pesos, pero de mi bolsa, porque como no hay presupuesto, nosotros pagamos”.

ENTRE LAS MEJORES

BIBLIOTECA SAN BERNABÉ ROCAS / MONTERREY

Con ludoteca

La ludoteca Espacio Cero Cinco es la oferta más reciente de la Biblioteca San Bernabé Rocas para los infantes y sus cuidadoras, abierta en octubre pasado.
 
Antes era una sala audiovisual, pero se acondicionó con juegos infantiles y unos 200 libros que no salen del área, indica la bibliotecaria Ana González.
 
Esta área infantil busca que los niños y niñas tengan un desarrollo pleno en la primera infancia (de 1 hasta 6 años) mediante lectura, juegos y actividades variadas con sus cuidadores. Hay 13 en total en la Ciudad.
 
La biblioteca de dos pisos se encuentra en la calle Filita, sobre Avenida Las Rocas, y cuenta con salas de consulta general, cómputo e infantil.
 
Ana indica que las ocho computadoras sí funcionan, aunque el internet es lento. La pandemia ha causado que la asistencia disminuya de manera considerable.
 
Recientemente, el acervo de 10 mil libros fue depurado por daños y quedaron unos 6 mil.
 
Hay otros dos trabajadores más que registran a los visitantes y los libros prestados de manera manual en una libreta, y dan clases de diferentes disciplinas como computación y manualidades. También realizan cuentacuentos para los infantes en el Espacio Cero Cinco.
 
La última remodelación de la Biblioteca ocurrió en 2012, con la participación de la Conaculta y el Municipio de Monterrey.

BIBLIOCIBER LOMAS DE TAMPIQUITO / SAN PEDRO

Ofrece internet

La mayor apuesta del Bibliociber “Lomas de Tampiquito” es brindar internet gratuito a los estudiantes para que accedan a sus clases en línea.
 
Es una iniciativa del Alcalde Miguel Treviño, del 2020, y abarca las colonias Los Sauces, Revolución, Los Pinos, Valle del Mirador, Clouthier, García Naranjo y La Cima.
 
La de Lomas de Tampiquito es de un piso, en una esquina de la calle Plutarco Elías Calles. Cuenta con una ciber con ocho computadoras, un sala general, una ludoteca y una sala de usos múltiples.
 
Graciela Hernández, una de las encargadas del espacio, dice que tienen un acervo de unos 700 libros clasificados y 300 donados.
 
“Tenemos poco acervo porque se depuró mucho porque se nos llenó mucho de amarillito, de honguito. Vino Protección Civil a checar y nos pidió que había que hacer limpieza.
 
“Pero muchos libros los dejamos así, porque como son de García Márquez, de autores reconocidos, sí los tenemos que dejar porque sí los buscan”.
 
La encargada menciona que la Red Estatal de Bibliotecas Públicas ya no ha enviado nuevos libros: En los más recientes, que llegaron en 2021, todavía se lee Conaculta en la cintilla.
 
La última remodelación que se realizó en el sitio fue en 2017.

Con información de Elena S. Gaytán