Aunque la Biblioteca Pública Municipal “Laura Yolanda Salazar de Ramírez”, en Santiago, fue la primera biblioteca modelo del Estado, de ese intento poco queda.
Inaugurada en 2013, la biblioteca pertenecía a una iniciativa del Conaculta (ahora Secretaría de Cultura), en la que se ofrecía un mobiliario moderno y cómodo, incluso con salas de braille para los invidentes, y un acervo de hasta 2 mil libros.
En la página oficial de la Secretaría -actualizada el 7 de enero del 2022- se indica que esta Biblioteca debe contar con un auditorio, bebeteca (para niños de 0 a 6 años), sala de consulta, sala general y una sala para invidentes.
Dos de las salas están ocupadas por Planeación del Gobierno de Santiago, desde mayo pasado, indica Cecilia Guerra, encargada del recinto.
Tampoco cuenta con lector para registro de libros en préstamo, por lo que las dos empleadas tienen que anotar de manera manual la información de los textos.
En la sala de consulta hay ocho cubículos, pero sólo dos computadoras, de las cuales una funciona.
La sala de usos múltiples -el auditorio- recibe a estudiantes de la Prepa 20 UANL, de secundaria, primaria y kínder, como el Jardín de Niños Amado Nervo. También se proyectan películas.
“Nosotros trabajamos, hacemos todo lo que está en nuestras manos. De hecho, con todo eso (señala unas manualidades) me gasté 300 pesos, pero de mi bolsa, porque como no hay presupuesto, nosotros pagamos”.