IZTAPALAPA

Es quizá la representación más emblemática de la Pasión de Cristo a nivel nacional. Se realiza en la Alcaldía Iztapalapa de CDMX y los habitantes participan como actores. La crucifixión en el Cerro de la Estrella es un momento sobrecogedor que atrae a miles de personas de varias partes de México.

Esta representación es declarada desde 2010 Patrimonio Cultural de la Alcaldía Iztapalapa, desde 2012 Patrimonio Intangible de la Ciudad de México, y desde 2023 Patrimonio Cultural Inmaterial de México por el INAH.

Fotos: REFORMA

TAXCO

En la pintoresca ciudad de Taxco, las procesiones de Semana Santa son solemnes y conmovedoras.

Penitentes encapuchados, conocidos como “encruzados”, cargan pesadas cruces como acto de fe y sacrificio. Las calles empedradas se llenan de un ambiente de recogimiento y devoción.

Fotos: Oliver Ramos

SAN MIGUEL DE ALLENDE

San Miguel de Allende vive la celebración con una mezcla de solemnidad y vibrante tradición.

Destacan las procesiones del Santo Entierro y el Señor del Huerto, acompañadas de música sacra y la participación de cofradías. La quema del Judas y el domingo de resurrección añaden un toque festivo a la culminación de la Semana Santa.

Fotos: Facebook Semana Santa en San Miguel

OAXACA

En Oaxaca es una celebración profundamente arraigada que fusiona tradiciones católicas con costumbres indígenas. Destacan las procesiones solemnes, como la del Silencio, y la elaboración de tapetes de arena multicolores con motivos religiosos.

En algunas comunidades, se realizan representaciones de la Pasión de Cristo con elementos culturales locales, creando un sincretismo religioso único y vibrante.

Fotos: Vive Oaxaca

SAN LUIS POTOSÍ

La Procesión del Silencio en San Luis Potosí es una solemne representación de la Pasión de Cristo que se realiza en el Centro Histórico.

El silencio, roto solamente por el sonido de tambores y cornetas, crea una atmósfera de recogimiento y reflexión.

Fotos: Secretaría de Cultura de San Luis Potosí

COMUNIDADES INDÍGENAS

En diversas comunidades indígenas de México, se entrelaza con creencias y rituales prehispánicos, creando expresiones únicas de sincretismo religioso.

En lugares como Chiapas o la Sierra Tarahumara, se pueden observar ceremonias que fusionan la liturgia católica con danzas, música y simbolismos ancestrales, ofreciendo una perspectiva fascinante de la diversidad cultural del país.