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COBRA VIDA EL CEMPASÚCHIL
EN DESIERTO DE NL

Entre las tierras áridas de un ejido de García sobresalen los cultivos de flores como el cempasúchil, icono del Día de Muertos, aunque cada vez son menos los agricultores que luchan por mantener la tradición.

POR: CLAUDIO MAGALLANES

Con más de medio siglo y en medio del desierto, en un valle rojizo y polvoriento, sobresalen varias hectáreas que se tiñen de colores vino, anaranjado y un intenso amarillo. Son los sembradíos de las flores de cempasúchil, garras o manos de león y crisantemos, que una familia de García siembra, en el ejido de la Candelaria, en Rinconada.

Esta familia ha vencido al tiempo, a la importación de flores, a la pandemia por el Covid y este año hasta la crisis del agua.
Al librar todos esos obstáculos, la familia de don Mateo Bautista y su esposa Dora Elia Saucedo muestran orgullosos la cosecha de este 2022 y que venderán en varios panteones del área metropolitana de Monterrey.

En la semana previa al Día de Muertos, las agrestes y rojizas llanuras del ejido La Candelaria, en Rinconada, se tiñen de estos intensos colores.
Don Mateo señala que los demás habitantes de este ejido, ubicado a un costado de la Carretera Monterrey-Saltillo, fueron abandonando la siembra de estas flores.

En los últimos tres años, la familia Bautista se ha enfrentado a nuevos retos para continuar sembrando estas flores: primero fue el cierre de los panteones por la pandemia, que les provocó grandes pérdidas.
El año pasado fue el mismo Covid que enfermó a varias personas de este ejido que les ayudaban a levantar la cosecha, y este año les pegó muy fuerte la crisis del agua en Nuevo León.

Para muchos es sorprendente de que en pleno desierto de García se siembre esta flor de cempasúchil, que es muy típica del sur del País en donde el clima es más templado.
Don Mateo asegura que desde que él tiene uso de razón, Rinconada ha sido tierra fértil para sembrar esta flor, así como el crisantemo y la garra de león.

En la semana previa al Día de Muertos, desde el cielo se aprecian las manchas anaranjadas y de color vino de estos sembradíos, ya listos para ser cosechados.
“Tiene su punto, nosotros la sembramos desde junio y ya para los últimos tres días de octubre debemos levantar la cosecha, no antes, ni tampoco después, es exactamente los últimos días”, dijo Bautista.
Y durante estos días acuden decenas de personas a ver el espectáculo de estos sembradíos que le dan un toque mágico al paisaje rojizo del desierto de García.

UN ELEMENTO CLAVE EN EL ALTAR

Como parte de las tradiciones para el Día de Muertos se acostumbra utilizar el cempasúchil para crear senderos que lleven a las almas hacia los altares.
Se cree que el aroma de esta flor sirve de guía para los espíritus en este mundo y era considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte.

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