
LÁZARO IZAEL
(Saltillo, 1997)
Con “Envilecidas como hienas miramos la espesura de ese cielo” obtuvo el Premio Nacional Dolores Castro 2019, en la categoría de Poesía, publicada hace dos años bajo el sello Los Libros del Perro.
En 2022, se embolsó el Premio Iberoamericano de Poesía Joven Alejandro Aura con su poemario “Mamá, el campo”, ahora respaldado por la Editorial UANL.
Un año después, Izael recibió otro galardón: el Hispanoamericano de Poesía para la Infancia 2023 por “Gallo, el planeta estalla”, que verá la luz en el Fondo de Cultura Económica.
Radicado en Ciudad de México tras egresar de la Facultad de Filosofía y Letras UANL, regresará a mediados de marzo a la Ciudad para presentar “Matunuck, 1950” -del que está muy entusiasmado- en la Feria del Libro Universitaria UANLeer.
“Los premios pueden ser muy criticados: por los jurados o por cómo se establecen. En mi experiencia, han sido una posibilidad de abrirme una puerta donde antes no la tenía”, reflexiona el ex becario de la Fundación para las Letras Mexicanas.
— ¿De qué manera marcó la pandemia en tus obras?
“La pandemia me ayudó a reafirmar mi camino en la escritura. Esto es lo que quería hacer. Y tuve una súper suerte de entrar en la pandemia a la Fundación para las Letras Mexicanas”.

IRASEMA CORPUS
(Monterrey, 1992)
Tras contribuir en antologías de literatura escrita por mujeres y ensayos académicos para la revista Armas y Letras, Corpus publicó el año pasado su primera obra individual: “Mujer con botarga” (An.Alfa.Beta, 2024).
Ahí explora, por un lado, las vicisitudes de la clase trabajadora y, por otro, lo que es ser mujer en la Ciudad. Esos son sus intereses como narradora.
“Tan importante para mí es el hecho que sean ‘personajas’ regiomontanas como de clase trabajadora, porque creo que la ciudad no se ve igual desde la vulnerabilidad”.
La ganadora de la Beca FONCA en 2022 y egresada de Letras Mexicanas de la UANL, espera afianzarse en la narrativa.
Escribe lo que vislumbra como su nuevo libro, aunque éste, indica, está en etapa “gestante”.
— ¿De qué manera marcó la pandemia en tus obras?
“Al igual que el resto del mundo sufrí desequilibrios emocionales muy drásticos y mi refugio, entre varias cosas, fue la lectura y la escritura.
“Vivíamos con una herida abierta pero también escribíamos con una herida abierta y palpitante. No podría decir si fue un momento de escritura fructífera, fue simplemente extraña”

CARLOS RUTILO
(Ixhuatlancillo, 1996)
Con su primer poemario, “Carmen”, el autor originario de Veracruz evoca la vida en su tierra natal, de la que migró, junto a sus padres a los 6 años.
“Lo que busco es poder comunicar estas raíces, el anhelo de comunicar la memoria a través de mis libros”, dice Rutilo, quien antes del libro (Editorial UANL, 2023) había escrito para revistas como Punto de Partida y Deslinde, de la UNAM y la UANL, respectivamente.
La obra es parte de lo que él ha llamado “La trilogía de la memoria”, integrado por un segundo poemario y una novela corta.
Ambas creaciones ya están listas y, dice el egresado de Letras Hispánicas UANL, pronto podrían ser publicadas.
Como sus formadores señala a Eliseo Carranza, Antonio Ramos Revillas, Minerva Reynosa y Margo Glantz, y la mayoría de ellos fueron sus maestros en la primera generación del Centro de Creación Literaria Universitaria, en 2019.
— ¿De qué manera marcó la pandemia en tus obras?
“La soledad y la angustia de sentir que nada de lo que tenía se iba a quedar conmigo para siempre contribuyeron a que fuera más rígido con las palabras que iba colocando sobre la pantalla”.

JESÚS DE LA GARZA
(Montemorelos, 1994)
Cuando era niño De la Garza participaba en recitales de poesía que la SEP organizaba en escuelas primarias. Recuerda que su madre tenía como método de enseñanza encerrarlo en el baño hasta que él cubriera una cuota de versos aprendidos.
“Mi introducción a la poesía no es linda, pero escribirla se convirtió en una manera consciente de hacerme dueño de la llave que abre la puerta al baño”, expresa con ironía.
Parece que la técnica le resultó exitosa, pues el autor obtuvo el Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín, en 2024, por Cuaderno de tinta extraña.
Ha publicado “Óxido Silvestre” (Cuadrivio, 2019), “La máquina de Warhol” (Editorial Universitaria, 2022) y La máquina de Turing (Palíndroma, 2024).
Probablemente, dice, surja un libro de haikus, género poético japonés de corta extensión y centrado, principalmente, en momentos cotidianos.
— ¿De qué manera marcó la pandemia en tus obras?
“Me dio un espacio en el que pude desarrollar mis proyectos a mayor profundidad y la posibilidad de explorar temas que requerían de lecturas pesadas”.

ÁNGEL HERNÁNDEZ CANDELARIA
(Monterrey, 1998)
Su debut individual fue “Lxs Olímpicxs” (Editorial UANL, 2024) en el que juega con los arquetipos de la mitología griega, las divas del pop en español de los 80 y 90 y su arraigo en el imaginario de la comunidad LGBTIQ+.
Previo al poemario, Candelaria participó en la antología “Como cualquier vicio que empieza”, con sus contemporáneos Carlos Rutilo, María Fernanda Ramos y Lázaro Izael, que ha sido respaldado por críticos como Agustín García Gil.
“Actualmente estoy muy clavado en escribir sobre los hombres de mi familia, porque me interesa este aspecto como muy norteño, de cierta devoción a lo material”, dice.
“Me centro en hablar de los hombres y de los coches, de la construcción de lo patriarcal, destazar esa masculinidad”.
— ¿De qué manera marcó la pandemia en tus obras?
“Aprendí a moverme en el misterio y descubrí el revés de los milagros: conectar con la fe, con ciertas cosas, otras que tiene el lenguaje y el poema que tiene un poder demoledor, luminoso, húmedo, que da vía al espíritu a ver el mundo con sus ojos otros”.

SOFÍA GALLEGOS CIBRIÁN
(Monterrey, 1992)
En sus dos poemarios, ha explorado la relación con sus padres: Si en “Martillos que se oyen a la distancia” (Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura, 2022) abordaba el duelo ante la muerte de su papá, en “Carne para hamburguesa” (Editorial Universitaria, 2024) lo hace desde el miedo heredado de la figura materna.
“Lo que escribía era muy confesional y ahora lo he aprendido a medir y a trabajarlo para que no se desborde tanto”, dice.
“En un principio la poesía fue el medio que me permitía liberarme de lo que sentía”.
La poeta, que egresó de Letras Mexicanas de la UANL, recibió el Premio Nacional Dolores Castro en Poesía, en 2022, por el poemario “Martillos…”.
— ¿De qué manera marcó la pandemia en tus obras?
“Me hizo más sensible a la vida y a sus experiencias cotidianas, y en cuestiones más técnicas me hizo más obsesiva con los detalles y me enfrentó al miedo, ya que nada estaba seguro”.

DONNOVAN YERENA
(Morelia, 2001)
El más joven de todos los autores aquí presentados ha publicado la antología “Los peces que jamás serán pescados” (Editorial UANL, 2023), que navega entre poesía y narrativa.
Formado en Letras Hispánicas UANL y en el Centro de Creación Literaria Universitaria, Yerena retrata las playas de Michoacán a través de la historia de un grupo de amigos.
“Mi escritura no sería lo mismo si me hubiera quedado en Morelia”, dice.
“Escribir en Monterrey, siendo de otro espacio, tiene sus propias lecturas más allá de mí mismo”.
Yerena es ganador del Premio Nacional al Estudiante Universitario 2024 “José Emilio Pacheco”, de la Universidad Veracruzana, y del primer lugar en Cuento del Certamen de Literatura Joven Universitaria UANL con “Lula, lula y té de bergamota”, en 2019.
— ¿De qué manera marcó la pandemia en tus obras?
“La pandemia me hizo enfrentar muchas distancias y ausencias que no había hecho conscientes hasta que comencé a escribirlas y a darles forma”.