1. No, su historia inició como San Nicolás. En el siglo 4 llegó a ser Arzobispo de la antigua ciudad de Myra, en la actual Turquía. Fue reconocido por defender los dogmas cristianos, auxiliar a los más pobres y proteger a los niños.

2. Un antiguo grabado evoca la leyenda de que San Nicolás resucitó a tres hermanitos, víctimas de un asesino serial que administraba un hostal. El hombre había ocultado los cuerpos en una barrica de salmuera.

3. Otra la leyenda asegura que San Nicolás entró por la ventana a la casa de un pobre jefe de familia con tres hijas que no podían casarse por faltarles la dote que antes se acostumbraba. El Arzobispo llenó de oro las calcetas de las chicas, prendas que colgaban sobre la chimenea para secarse.

4. Hasta principios del siglo 13 se conmemoró al santo en primavera, pero a mediados de esa centuria su fiesta se trasladó al 6 de diciembre. Hasta el siglo 16, la festividad incluyó regalos a los niños. San Nicolás viajaba en burro con sus obsequios y vestía como obispo.

5. La misión de llevar juguetes a los niños en invierno fue adoptada en toda Europa. Y el Arzobispo medieval empezó a transformarse entre leyendas de gnomos, el “Padre del Invierno” nórdico, la bruja buena italiana y dos caritativos abuelitos alemanes, todos seres legendarios que repartían regalos a los pequeños en esta época.

6. En ilustraciones antiguas puede verse a Santa Clos vestido de verde, un color ligado a criaturas de los mitos “paganos” del norte de Europa. También se le suele llamar Papá Noel siguiendo la denominación francesa: Père Noël (Padre de la Navidad).

7. En el siglo 17, San Nicolás llegó a América del Norte con la migración europea, sobre todo, de familias holandesas, que lo llamaban Sinterklass, de ahí, Santa Claus.

8. Washington Irving, escritor neoyorquino, escribió en 1809 un libro donde destaca algunas costumbres de Santa, como su generoso reparto de obsequios a los niños y niñas bien portados y su gusto por ingresar a las casas por las chimeneas.
Del burro, pasó a montar gracias a Irving un caballo blanco volador y, en 1862, por un poema escrito por Clement C. Moore para sus hijos, el personaje empezó a viajar en un trineo tirado por renos y llegar a las casas, no el 6 de diciembre, sino la madrugada del 25. Moore también lo vistió con el ya clásico traje rojo con sus ribetes de armiño.

9. En 1931, el dibujante Haddon Sundblom, por encargo de Coca Cola, creó a Santa Clos inspirado en el poema de Moore: de bigote y gran barba, bonachón, gordito, simpático y con una energía desbordante. Y hasta se escuchó su risa: ¡jo, jo, jo!

10. Hollywood casi siempre ha respetado las características del gordito de rojo al llevarlo al cine, aunque a veces le otorga una personalidad y hasta un físico alejados de la tradición.
Un ejemplo reciente: en la película Noche sin paz, que se encuentra en cartelera, mercenarios de élite irrumpen en la residencia de una familia en la noche de Navidad. Lo que no esperaban encontrar era al enemigo más improbable y violento…
Sí, a nuestro querido Santa Clos.

Con información de Francisco Betancourt
Fuentes: “Mitos y ritos de la Navidad”, Pepe Rodríguez / “Vida de los santos”,  P. Alban Butler / “Diccionarios de símbolos”, A. Serrano Simarro y A. Pascual Chenel