Testigo del pasado

El proyecto más antiguo y emblemático es el de la Capilla de Mónica Rodríguez, que representa el origen de San Pedro.
 
Construida en 1661, este ex sitio de culto sobre Callejón de Capellanía es más antiguo que la Casa del Campesino (1752).
 
“La función de la Capillla será convertirse en un centro de orgullo histórico y de contemplación”, explicó Sañudo.
 
“También habrá elementos históricos que te ayudarán a entender qué es lo que estás viendo”.
 
El viernes, al iniciar los trabajos de rescate, el Alcalde Miguel Treviño anunció una inversión de 7.5 millones de pesos, integrados a través del programa de conservación de patrimonio cultural Fidecultural, con apoyo de la Secretaría de Cultura estatal y el aval del INAH para la restauración.
 
Desde el 2002, notas periodísticas han consignado los intentos de varias administraciones de San Pedro por restaurar la Capilla de Mónica Rodríguez, esposa de Miguel de Montemayor, nieto de Diego de Montemayor, fundador de Monterrey.
 
Ahora, lo que se busca no sólo rescatar el inmueble, sino también integrar un plan de memoria histórica.
 
El proceso, sin embargo, no ha estado libre de críticas: el Municipio adquirió el predio de la Capilla a cambio de ceder a la ex propietaria beneficios urbanísticos especiales.

Definirán vocación histórica

El segundo proyecto es el de otorgar mantenimiento al Museo El Centenario, así como el definir una nueva vocación histórica.
 
Se trata de un megaproyecto, dijo la Secretaria de Cultura municipal.
 
“Vamos a solicitar que los ciudadanos que deseen nos ayuden a aumentar la colección permanente que tenemos y vamos a destacar objetos antiguos de la misma población”, explicó Sañudo.
 
“Hasta ahora el Museo tenía una colección limitada, era más bien un espacio de exhibición de arte a veces contemporáneo. Ahora su vocación es verdaderamente el de un museo de historia”.

La huella rural

El canal empedrado, la Caja de Agua, que se construyó alrededor de 1755, será protegido dentro del proyecto de la Plaza Nemesio García Naranjo.

En el sitio se colocará una placa interpretativa de gran tamaño para explicar la historia del agua en San Pedro.

La antigua hacienda de San Pedro era abastecida de agua por una acequia madre que venía de la Huasteca.

Tiempo después, esta hacienda se dividió entre los descendientes de Mónica Rodríguez y fue necesario repartir el agua a cada uno de los nuevos propietarios.

Las cuatro acequias menores suministraban a las haciendas de Montes, de Arizpe, de Ayala y la de Capellanía, que conforman actualmente los famosos callejones del casco de San Pedro.

Es un sueño de décadas

Desde los 80, cuando fue nombrado Cronista de San Pedro, Carlos González Rodríguez ha hecho pública la necesidad de proteger la Capilla de Mónica Rodríguez, cuya historia él ha investigado y comprobado su origen.

“Las características, dimensiones, construcción coinciden con lo que señalaba Martín de Zavala, que era Gobernador (en el siglo 17), en el encargo que les hacía a todos los que tuvieran encomienda de indios para que construyeran una capilla”, explica el historiador.

“Los documentos mencionan que es Mónica Rodríguez la encomendera, viuda de Miguel de Montemayor”.

Su papel de encomendera le obligó a catequizar a las habitantes originarios, por lo que construyó la que es considerada la primera capilla en estas tierras.

El templo, que data de 1661, se construyó en adobe doble y ha resistido los embates de más de tres siglos y medio. Pese a su antigüedad y valor histórico, se pensó en su demolición, señala González Rodríguez.

“Espero verla concluida, bonita, con su cruz”.

Su preocupación es que las actuales y próximas generaciones no conozcan el pasado de su municipio.

“Presumimos de muchas cosas, bueno, también presumamos de historia”.