INVOLÚCRATE

¿Cómo identifico si mi hijo sufre de dificultades en su aprendizaje?
 
Para los especialistas, lo primero es involucrarte en su educación en casa y en la escuela.
 
“El error más común basado en mi experiencia es preocuparse sin ocuparse”, dice la psicopedagoga Vanessa Martínez.
 
“Debemos ocuparnos en la situación y buscar soluciones. Los padres tenemos una gran intuición y percibimos cuando nuestros hijos presentan dificultades en su desarrollo”.
 
En el hogar, la tarea del papá y la mamá es compartir momentos de ocio y tiempo libre; crear espacios de socialización donde sientan libertad y confianza, y apoyar en las tareas difíciles, motivar y estimular.
 
La familia también debe involucrarse en las tareas, los programas y las clases escolares para evitar y superar el rezago escolar.
 
“Se requiere del compromiso y la participación de todos los miembros de la familia para que identifiquen si hay o no un avance en el aprendizajes”, señala el sociólogo José Antonio Hernández, catedrático y especialista en pedagogía aplicada.
 
Los expertos sugieren aprovechar las visitas programadas en la escuela, como la entrega de calificaciones. Estas visitas calendarizadas no causarán incomodidad ni dañarán la autoestima del menor.
 
“Debemos estar atentos a los focos rojos que los maestros nos indiquen en esas reuniones, ya que la comunicación es el mejor canal de información sobre tu hijo en el aula”, expresa Martínez, también Doctora en Educación.

¿CÓMO HACERLO?

Revisar las tareas y las actividades realizadas en casa es otra manera de identificar el rezago educativo. La maestra y pedagoga Aurora Licona brinda algunos ejemplos sobre esta labor.
 
“Si tu hijo o hija está en cuarto grado de primaria y se le dificulta leer de manera fluida y no comprende lo que lee, definitivamente algo anda mal”, dice la especialista.
 
“O si cursa sexto grado y se le pregunta la edad de una persona que nació en 1958 y no sabe responder o lo hace equivocadamente, entonces existe un problema”.
 
Los padres de familia, dice, pueden percatarse del rezago no sólo revisando las tareas de los hijos, también lo pueden hacer durante las actividades cotidianas.
 
“Un ejemplo: dale un billete de 200 pesos para que compre determinada fruta, pregúntale: ‘¿cuántos kilos puede comprar con esa cantidad?’. O dile que escriba un recado a su abuelita, ¿lo redactará adecuadamente?, ¿tendrá errores de ortografía?”.
 
Ante tal situación, hay que notificar el rezago a sus maestros y si se tiene el recurso buscar un maestro de apoyo.
 
“En casa hay que involucrar al niño o adolescente, según su edad, en la resolución de problemas, por ejemplo, en las finanzas del hogar, o en actividades como cocinar, donde se requiere medir cantidades”.

RESPETO Y COMPRENSIÓN

La tarea de desarrollar las habilidades cognitivas y emocionales del menor no es exclusiva de los maestros.
 
Los papás y mamás pueden resolver situaciones cotidianas junto con sus hijos, y realizar actividades que involucren materias, según su grado escolar.
 
“Un tema de geografía se puede elaborar tanto en español, como en inglés, y aparte el menor utilizaría el pensamiento lógico matemático al utilizar estadísticas”, explica Hernández.
 
También deberán trabajar con la educación socioemocional mediante el ejemplo en el hogar.
 
“Debemos fomentar las relaciones saludables, los vínculos afectivos con la comunidad escolar y la familia”, indica el catedrático. “Su desarrollo emocional tiene que darse, principalmente, en la casa”.
 
El respeto y la comprensión de los sentimientos de los hijos les generará un ambiente de empatía y comodidad.
 
Para Martínez, es fundamental que las emociones de los menores no se vean afectadas durante el proceso para salir del rezago.
 
“Un error siempre es una oportunidad para aprender”, agrega la psicopedagoga. “Dale espacios para que descanse, antes de volver a intentar”.

La Doctora en Educación recomienda:

Para incrementar la inteligencia lógico matemática, los niños debe participar en el cálculo de los gastos del hogar, ir al súper o tener una educación financiera con sus ahorros semanales o mesadas.
 
También Martínez aconseja utilizar reforzadores verbales para que el menor sienta que su esfuerzo es valorado. Algunas de sus sugerencias son “¡debes estar orgulloso!”, “¡te esforzaste y lo lograste!” y “¡mañana lo podrás intentar de nuevo!”.

EL PODER DE LA PANTALLA

Las redes sociales y el streaming son buenas herramientas de aprendizaje para niños y adolescentes, si éstas no se estigmatizan, coincidieron los especialistas.
 
“Podríamos pensar que son el gran enemigo a combatir, pero son un medio para desarrollar habilidades digitales y sociales”, dice Martínez.
 
Entre las destrezas se encuentran el baile, la socialización, la redacción de párrafos breves y la identificación de contenido.
 
En el caso del streaming, la psicopedagoga señala que representan una plataforma para los docentes y el personal educativo en general, pues se pueden subir videos que complementen las clases impartidas en el aula.
 
Hernández recordó que la tecnología fue un pilar para la educación durante la pandemia al generalizarse la educación en el hogar.
 
“A los chicos les puede servir como recurso extra ver a ‘edutubers’, en YouTube, donde actualmente hay muchos famosos como Julio Profe o el Profe Álex”, menciona.
 
El catedrático pide a los maestros que “den el salto” y se sumen a la creación digital de contenido escolar.