POR UNA JORNADA MÁS AMPLIA

POR UNA JORNADA MÁS AMPLIA

MTRO. EDUARDO GARZA CORTEZ

 

Después de un periodo de año y medio por la pandemia del Covid-19, en nuestra Escuela Primaria Rural “Aquiles Serdán”, ubicada en Cadereyta, se regresó a laborar en septiembre del 2021.

 

Una de las prioridades a tomar en cuenta fue el aspecto socioemocional de los alumnos. Buscamos diferentes maneras de trabajarlo a través de dinámicas de integración, socialización y juegos como los Lego Emotions, donde se resaltaron las diferentes emociones: alegría, tristeza, susto, angustia, disgusto, etc.

 

En ese año y medio de pandemia se mantuvo contacto diario con alumnos y padres de familia a través de diversas plataformas como WhatsApp, Facebook Live, YouTube y sobre todo con los Programas de Escuela TV, donde participé algunos en diversas transmisiones, lo cual motivó a los alumnos a sentirse un poco más familiarizados al ver a uno de los maestros de la escuela en la pantalla.

 

Gracias a todo esto el nivel de rezago de aprendizajes tras un año y medio no fue muy notorio, y al regresar a clases tuvimos que esforzarnos más en temas como la lectura, escritura, comprensión lectora, razonamiento matemático, cálculo, entre otras.

 

Actualmente una de las estrategias para lograr acortar dicha brecha es que la Secretaría de Educación nos autorice ampliar nuestra jornada laboral a 6.5 horas diarias en este inicio del ciclo escolar 2022-2023.

 

Una de los próximos desafíos es el poner en marcha el Programa de Estudios 2022, el cual se iniciará en algunas escuelas piloto en primer grado de Preescolar, primer grado de Primaria y primero de Secundaria. Los demás grados seguirán con los planes anteriores y se irá incrementando su cobertura en todos ellos a lo largo de los próximos años.  Es un desafío puesto que su implementación requiere de una fuerte y nutrida capacitación, la cual los maestros esperamos que se desarrolle en tiempo y forma para tener un mayor éxito.

 

Me agrada grosso modo que en este nuevo plan 2022 se mencionen temas un tanto olvidados en los planes anteriores como: la equidad de género, educación ambiental, sostenibilidad, entre otros. Lo más relevante será analizar si existe una propuesta pedagógica concreta para aterrizar dichos temas dentro de las escuelas, es decir, que trascienda en acciones o estrategias prácticas desarrolladas por los alumnos pues así es como se generan los aprendizajes para la vida.

 

Un problema latente hoy en día es la disponibilidad del servicio de agua, afortunadamente, al ser una escuela rural que no cuenta con servicios de agua y drenaje, tenemos un pozo de agua que brinda el suministro para realizar las actividades escolares sin contratiempos.

 

Así que estamos más que listos para recibir a nuestros alumnos este próximo lunes 29 de agosto e inaugurar el ciclo escolar 2022-2023.

 

El autor es director de la Primaria Rural Multigrado “Aquiles Serdán”, del ejido El Mezcal, en Cadereyta, y Premio al Mérito Ciudadano de Nuevo León.

TAREA TITÁNICA, NO IMPOSIBLE

TAREA TITÁNICA, NO IMPOSIBLE

MTRA. LAURA FERNÁNDEZ RÍOS

 

Después de dos años fuera de lo normal, iniciamos un ciclo escolar que no puede ser ni siquiera considerado como la normalidad previa a la pandemia.

 

El ciclo 2022-2023 viene cargado de retos, principalmente en la parte socioemocional, no solo de nuestros alumnos, sino de toda la comunidad educativa, la cual incluye colaboradores y padres de familia; el segundo reto, el rezago académico acumulado y adicional al que ya teníamos en nuestro país.

 

Nuestra manera de ver el mundo cambió completamente. De inicio reaccionamos a una situación nueva y luego nos adaptamos a ella.

 

Hoy, los procesos se repiten, reaccionamos al retorno y nos adaptamos a él. Algunos alumnos regresan con miedos, con inseguridades, con expectativas altas o bajas; otros regresan a ambientes probablemente más seguros que los de casa.

 

La tarea para nosotros los educadores es titánica, pero no imposible. Si bien el ciclo pasado tuvimos un retorno gradual, hoy debemos reafirmar estos procesos de readaptación de nuestros niños y jóvenes; debemos seguir propiciando espacios seguros para expresar las emociones acumuladas, darles nombre y redireccionarlas. Debemos buscar que la convivencia entre sus pares sea grata y llena de emociones positivas que les permita llenar el “tanque” motivacional interior para ser más resilientes.

 

El segundo factor, el rezago académico, va muy de la mano también al factor emocional. Si bien como país ya contamos con un rezago académico en comparación a países más desarrollados social, económica y educativamente hablando, ahora debemos sumarle el que haber estado en casa casi dos años generó rezagos en procesos de psicomotricidad fina, lectoescritura, pensamiento lógico-matemático, entre otros, en niños que no estuvieron frente al monitor todo el tiempo, o adolescentes que estaban más preocupados por sobrevivir en casa que en aprender.

 

Los maestros tenemos aquí también un gran reto al ser más creativos a la hora de presentar los conocimientos, a generar mayores reflexiones y aprendizajes que sean realmente significativos para el contexto actual del alumno. Hemos adaptado procesos de enseñanza y aprendizaje, metodologías, formatos de evaluación, trabajo colaborativo… incluso procesos detonados por las decisiones de nuestras autoridades educativas que no siempre van en función de la realidad de un colegio privado o de una institución pública.

 

El reto es y sigue siendo titánico, pero si como colegios nos seguimos fortaleciendo con un equipo de directivos y docentes con el que trabajamos sus emociones, su liderazgo y su crecimiento pedagógico, segura estoy de que se podrán seguir dando pasos firmes y seguros, tal vez no largos y apresurados, pero sí pausados y con resultados.

 

La autora es directora general del Colegio Mexicano AC.

CREAR EN AULAS AMBIENTES SEGUROS

CREAR EN AULAS AMBIENTES SEGUROS

MTRA. SONIA R. MALDONADO VELA

 

Después de este tiempo largo de pandemia, estamos felices y agradecidos con Dios de poder regresar de manera presencial al colegio, donde tuvimos que reinventar las clases de manera híbrida o en línea.

 

Los maestros con excelente actitud innovaron la forma de impartir sus conocimientos para hacerlo de forma atractiva para sus alumnos. Siempre buscamos las mejores estrategias para lograr los objetivos y nos dimos cuenta de la exigencia de la corresponsabilidad de padres de familia y maestros.

 

Ha sido más fácil reconocer la importancia del aspecto socioemocional. Todos hemos sido afectados de alguna u otra manera con pérdidas que modificaron abruptamente nuestra vida social.  Muchos alumnos regresaron a las aulas con miedos, otros con inmensa alegría de ver a sus compañeros y todos con esperanza de ver el fin de la pandemia.

 

Pasamos por grandes retos en tiempos muy cortos. Nuestros niños han sido ejemplo de vida al ser resilientes y adaptarse a un cambio tras otro. Vimos cómo tuvieron la capacidad de recuperarse y salir fortalecidos.

 

Como adultos sabemos que ellos necesitan sentirse seguros y contar con una red de apoyo familiar y escolar para que puedan desarrollarse y seguir aprendiendo de manera óptima.

 

Afortunadamente, la tecnología nos ayudó a salir adelante y cumplir los objetivos establecidos trabajando desde casa en línea, dándoles el apoyo a los alumnos y teniendo reuniones con padres de familia, que indiscutiblemente tuvieron un papel importante en la realización de las tareas.

 

Realmente fue un trabajo en equipo: padres de familia, colegio y alumnos. Qué importante es la tecnología en este tiempo, pero recordemos que es un medio para lograr el objetivo y que el papel del maestro es irremplazable.

 

Agradezco el gran equipo de maestros y maestras que estuvieron 24/7 siempre dispuestos a preparase para este nuevo reto, capacitándose, impartiendo clases y dando el apoyo cuando se requería.

 

Se priorizó la salud y el bienestar de los alumnos y la comunidad.

 

A pesar de que sí existe un rezago académico, consideramos que en nuestra comunidad dicho rezago fue mínimo por el esfuerzo de padres de familia y maestros que diariamente estuvieron trabajando en conseguir los objetivos académicos.

 

La Secretaría de Educación nos invita a seguir trabajando, diseñando -como siempre lo hacemos- instrumentos de diagnóstico que nos ayuden a identificar las necesidades socioemocionales y académicas de los alumnos, favoreciendo así el desarrollo de la educación en nuestra comunidad.

 

Bienvenido el nuevo ciclo escolar. Estamos preparados.

 

La autora es directora general del Colegio Arxé.

POR UNA MIRADA INTEGRAL

POR UNA MIRADA INTEGRAL

MTRA. VANESSA LISSETT MARTÍNEZ

 

La situación de pandemia obligó al sector educativo a perder a la escuela como espacio seguro de interacción, participación y convivencia.

 

Tras un periodo de trabajar en modalidad híbrida y presencial, este ciclo escolar la situación de contingencia ya nos permite el retorno a las aulas, lo que implica para el sector educativo analizar el escenario actual al que nos enfrentamos los agentes educativos.

 

Es lógico que se ponga el foco en las medidas de bioseguridad ante las carencias del servicio de agua, el rezago escolar o incluso en el nuevo plan de estudios, pero debemos ir más allá con una mirada integral que incluya las medidas de bienestar mental y emocional de nuestros estudiantes y docentes.

 

Al respecto, es común escuchar como el regreso a actividades escolares se contempla como parte de la solución a diversas problemáticas que actualmente presentan nuestros alumnos.

 

No obstante, debemos posicionarnos en una realidad instaurada en un contexto de duelo donde las familias han sufrido pérdidas y afectaciones en muchos sentidos.

 

Me detendré en este último aspecto, ya que nuestros estudiantes han vivido situaciones inéditas en las que el único acompañamiento que han tenido, en el mejor de los casos, ha sido a la distancia, lo que se traduce, en procesos de duelo inconclusos y no resueltos en su mayoría.

 

Ciertamente, la escuela siempre ha representado un espacio propicio para el aprendizaje y la convivencia sana.

 

Sin embargo, nuestros alumnos al regresar se enfrentaron a una realidad distinta donde las aulas ya no son del todo ese “espacio seguro” al que estaban habituados, donde la interacción social, la participación y la contención ante las crisis se ven limitadas por las medidas preventivas.

 

Dicha preocupación me lleva a retomar dos de las condiciones necesarias de los servicios educativos: aceptabilidad y adaptabilidad, acordes a los postulados de la Nueva Escuela Mexicana.

 

El primero, bajo la consideración de establecer criterios de seguridad, calidad y calidez de la educación, así como de las cualidades profesionales de los docentes mediante la capacitación.

 

Por otro lado, la creación de ambientes armónicos y la actuación pertinente mediante el acompañamiento de especialistas.

 

Ambas condiciones serán clave para asegurar la integridad física, mental y emocional de todos los actores educativos.

 

La autora es Doctora en Educación, especialista en disciplina positiva y Premio ABC Mexicanos Primero 2011.