Para el día de su boda, Nuria Diosdado seleccionó cuidadosamente su ajuar de novias, el cual estuvo compuesto de distintos elementos simbólicos que sellaron esta fecha especial.

“Escoger el vestido fue un proceso largo; lo elegí un año antes, porque iba a participar en los Juegos Olímpicos y quería tenerlo previo a ese compromiso”.

La búsqueda fue cansada y duró alrededor de dos meses, pero después de ir a siete tiendas y probarse como cinco en cada una, por fin encontró el adecuado.

“Siempre te dicen que sientes cuando es el indicado; una vez que mi mamá vino a verme a la CDMX, hice cita en cuatro lugares, entre estos un Rosa Clará, que ya había visto en su web un diseño que me había encantado; pensaron que ya no lo tenían y, por suerte, la vendedora lo encontró en la bodega. Me lo probé y, en ese instante, me enamoré de él”, comentó.

La nadadora artística quiso darle su propio toque y le adaptó un pequeño moño en la cintura a la altura de la cadera para poder esconder la cola del atuendo.

“Así con este accesorio azul lo hice único y supe escoger todas las características que me fueran a favorecer”, expresó.

Flores fucsias y gotas de agua, que representan el escenario en el que desarrolla su carrera, formaron parte del tocado que personalizó.

Acompañada de su mamá, Carmen Montserrat García, y su hermana, Palmira Montserrat Diosdado, Nuria se preparó como una novia radiante para llegar al altar.

TESOROS HEREDADOS

Los aretes, el anillo y las arras fueron los elementos de su núcleo que la joven de 31 años utilizó en el que cataloga el mejor día de su vida.

“Mi mamá fue quien estuvo presente siempre y me orientó en todos los aspectos, además, me dio estos accesorios que ella también usó al casarse”.

Para Nuria, estas joyas las llama “los diamantes de la familia”, pues los aretes y el anillo fueron portados originalmente por su abuela materna, Carmen García, también en su boda.

A su vez, las arras tienen un significado especial, pues una de éstas desapareció previo a que contrajera nupcias su madre.

“Ese día, una de las arras se perdió y mi abuelo lo solucionó poniendo una peseta, pues él era español, entonces, las arras se completaron con esto y sabía que aunque no era lo tradicional, era un detalle bonito y muy especial para mis seres queridos”.

 

La feliz novia junto a Lupita Cantero, del equipo de wedding planner, y Estefany Mojica, quien la peinó.

“Lo mandé a hacer a una tienda en Málaga y lo que hice fue pedir que fuera una creación única”, platicó la atleta de alto rendimiento.

“Mi marido, Xavi, y yo tenemos sangre española, entonces todas son hojas de olivo en plata y luego pedí que también le pusieran flores de cempasúchil, pues formaron parte de la decoración de la boda, pero también fue un símbolo de la mamá y la hermana de mi esposo quienes, desafortunadamente fallecieron; de esta manera decidimos honrar a nuestros difuntos y así pudieran estar presentes”.

Tras cuatro años y medio de noviazgo, Nuria Diosdado y Javier Arnaiz se casaron en Zapopan, Jalisco.

"Las piezas más significativas de mi ajuar fueron el tocado, el anillo que porté de mi abuela y las arras, que tienen una anécdota especial de la familia”.

Un vestido clásico y elegante de la firma Rosa Clará fue el que seleccionó la nadadora artística.

TOQUE ÚNICO

La atleta olímpica armó cuidadosamente su ajuar.

+ Lo nuevo: El tocado fue personalizado y diseñado en Barcelona.

+ Lo prestado: El lazo que su hermana, Palmira Montserrat, usó en su boda.

+ Lo viejo: Los aretes y el anillo que originalmente eran de su abuela materna, Carmen García.

+ Lo azul: Un moñito que incorporó al vestido.

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