– Ten en cuenta que es algo temporal.
– Sé auténtico: el malestar que sufres es debido a la presión social que ejercen los demás. Haz lo que realmente quieres hacer, y disfruta de ello sin tener en cuenta la opinión de los otros.
– Enfoca tu atención en otras actividades que te generen placer.
– Seguramente puedes organizar planes alternos a las clásicas celebraciones navideñas, como viajes, por ejemplo.
– Sé más permisivo con los demás: que no te guste la Navidad no quiere decir que no puedas comprender que otros traigan ese ánimo festivo.
– Evita los gastos excesivos.
– Aprecia la oportunidad de compartir y conservar la armonía en las reuniones familiares.
– Rodéate de gente que aprecias: puede resultar altamente terapéutico estar con personas comprensivas sobre tu postura.
– Cambia el ambiente que evoca recuerdos desagradables.