Las plantas con flores han cautivado a los habitantes de México desde la época prehispánica. Su valor alimenticio, cultural, histórico y medicinal no sólo es apreciado en el País, sino en diferentes partes del mundo.
Nezahualcóyotl, el rey poeta, embelleció su residencia en el cerro de Tezcutzingo con un jardín botánico rico en plantas ornamentales, mientras que Moctezuma fundó los jardines reales de Tenochtitlán y estableció una residencia, jardín y caminos en Chapultepec bordeados con cuetlaxóchitl o Nochebuena.
Las flores eran consideradas como una expresión de grandeza, así que se ofrecían collares y guirnaldas con ellas a las personas de autoridad.
Algunas de las más conocidas en México son endémicas, es decir, sólo habitan en este País.